El hecho ocurrió la noche del 24 de septiembre de dicho año, cuando Navarro y Villanueva Moya fueron detenidos primero por la Policía Federal Argentina (PFA) y después por la Prefectura Naval Argentina (PNA) en la villa 21-24 en Barracas durante varias horas. Los efectivos los mantuvieron cautivos y, según relataron los jóvenes, fueron sometidos a distintos tipos de torturas. “Nos detuvieron, nos pegaron, nos secuestraron y nos llevaron hasta la vera del Riachuelo, junto a mi amigo Ezequiel, donde nos torturaron de las maneras más perversas. Incluido un simulacro de fusilamiento”, escribió Navarro en un posteo en Facebook de La Garganta Poderosa.
“Ezequiel fue llevado al interior de la garita: allí lo golpearon y amenazaron. Dentro de uno de los móviles, Iván también fue golpeado. Después de esta primera sesión de tortura, los dos jóvenes fueron trasladados a un descampado frente al Riachuelo. En ese lugar fueron nuevamente sometidos a torturas y humillaciones, y el robo de varias de sus pertenencias. Los golpes siguieron durante varios minutos hasta que comenzaron los simulacros de fusilamiento”, relataron desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que actuó como querellante en el juicio.
El juicio contra los seis prefectos comenzó el 11 de mayo pasado. Una semana después del inicio, los integrantes de la organización La Garganta Poderosa denunciaron que un grupo de prefectos ingresó ilegalmente a la Villa 21-24 y baleó la casa de Navarro. Además, acusaron a la PNA de ingresar en el domicilio de uno de los fotógrafos de la revista La Poderosa, que filmó el operativo, y secuestrarlo durante unas horas.