Vanesa Siley recibió a Noticias Urbanas en la sede del Sindicato de Trabajadores Judiciales porteños (Sitraju-CABA), del cual es secretaria general. Además, es diputada nacional de Unidad Ciudadana (UC). En la charla, Siley dejó definiciones políticas, gremiales y de género. Aseguró que Cambiemos “estafó” a la gente. Y definió a la causa de los cuadernos en donde Cristina Fernández de Kirchner es acusada de actos de corrupción como un “show mediático”. Además, manifestó que antes de que el peronismo realice una gran PASO se debe discutir un programa.
–El sindicato que usted representa, junto a otros gremios, anunció un plan de lucha contra lo que denomina el ajuste del jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. ¿Cuáles son las medidas concretas que llevarán a cabo?
–Desde el año pasado se viene conformando una mesa de trabajo y búsqueda de consenso entre varios gremios de trabajadores que dependen, de algún modo, del jefe de Gobierno de la Ciudad, entre ellos UTE, Sadop, el subte, nosotros y ATE Capital. También la CTEP Capital, que negocia con Larreta. En esa mesa, los gremios comprendimos que las distintas áreas, ya sea subte, educación o Poder Judicial en la Ciudad, se están viendo arrastradas por una misma política salarial que emanaba, primero, del Gobierno nacional y, en consecuencia, del Gobierno local, como el techo de las paritarias y los despidos. En el sector judicial no hemos sufrido casos, pero sí amenazas al respecto, que funcionan como una extorsión a la acción sindical. Nosotros logramos esquivar la imposición del Ministerio de Modernización nacional de la reducción del 20% del personal. Y lo celebro porque me parece parte de la autonomía e independencia real del Poder Judicial. Si esto lo hubiera acatado el Poder Judicial ya sería para denunciar una injerencia de poderes. En ese entendimiento de que se nos aplicaba como trabajadores y trabajadoras la misma política a todos, independientemente del sector, decidimos dar respuestas unificadas. Así, este año volvimos a conformar esta mesa mientras discutíamos paritarias, y lo volvimos a hacer ahora que pedimos una reapertura de las mismas. Esto comenzó el 30 de agosto con una movilización al Ministerio de Hacienda de la Ciudad y estamos en reuniones permanentes para volver a encontrar un punto de confluencia.
–Por lo que parece, la situación no mejoró: en el subte continúan los reclamos y la inflación no bajó. Esto debe de haber generado nuevas acciones, ¿no?
–No solo nada mejoró, sino que todo empeoró, porque la situación económica empeora mes tras mes en correlación con la inflación. Ya se arroja un pronóstico oficial del IPC de la Ciudad del 31,5% de inflación para este año. Otras consultoras privadas incluso arrojan un 35%. Nos encontramos en una situación de crisis e incertidumbre. Yo no quiero ser alarmista, pero el otro día un dirigente sindical del sector metalúrgico me comentaba que en los años 80 discutían paritarias todas las semanas por el nivel de inflación y la vorágine económica. Y yo me encuentro con que mi organización sindical, Sitraju-CABA, ha cerrado una paritaria que ya ha sido superada por la inflación y, por eso, tenemos que solicitar una reapertura para pedir el doble de lo que obtuvimos a principio de año . Nunca me pasó esto, y hace ocho años que negociamos paritarias. Nunca había hecho ocho paros tampoco. Ahí aparece una reflexión con respecto al accionar sindical, porque a pesar de estas medidas de fuerza, los resultados no son mejores. Porque la definición del “techo paritario” es política, no es gremial. Ni siquiera es patronal. Mi patronal ahí se topa con una imposición política que nace desde el Presidente de la Nación y es transpolada a las distintas jurisdicciones. Mi reclamo es que mi patronal sea libre para negociar. Si no, no me quiero sentar más con ellos, sino con quien decide.
–En su momento también denunció el cierre de siete mil pymes.
–Sí, tenemos conocimiento de que en la Argentina ya están cerradas más de siete mil pymes. Y pueden ser más. El costo del capital, maquinaria, etcétera, está siendo alrededor de un 60%, es decir que estamos produciendo un 60% menos de lo que deberíamos y podríamos.
–Estuvo en el reencuentro entre Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Moyano, que se produjo el 3 de agosto en Cañuelas. ¿Cómo se vivió la jornada y qué futuro político le ve a esa nueva alianza?
–Fue un momento histórico y lo viví muy honrada de poder haber vivenciado ese momento. El encuentro fue muy ameno, la reunión previa al acto fue también amena y es importante destacar que el objetivo de ese encuentro de formación de cuadros en el Smata, dirigido a 500 delegados y delegadas, es un curso de capacitación que se está realizando en el sindicato de los mecánicos y que lo lleva adelante Julián Domínguez. Se funda en el objetivo de analizar la doctrina peronista en conjunto con la encíclica Laudato si’ del papa Francisco. Cristina fue invitada a abrir ese curso y a referirse a la situación internacional y hacer un análisis geopolítico. Yo destaco esto porque, como también decía el General, primero hay que saber la política del mundo para después saber la política local. Y hoy en la Argentina nos encontramos con un nivel de inserción en el mundo y entrega de nuestra soberanía importante, en un mundo donde las principales potencias se están achicando, tal como lo explicó Cristina, y se está volviendo a fortalecer el sistema de Estado-Nación con los nacionalismos, con Inglaterra y el Brexit, con los EE.UU. y la política económica que está llevando adelante Donald Trump, de restricción a las importaciones, por ejemplo. Y esas potencias requieren de los países llamados del “tercer mundo”, que hemos sido utilizados históricamente para incrementar las riquezas del primer mundo, y se quiere que países como el nuestro se inserten en el mundo con una apertura de su mercado total, precisamente por esta situación que están pasando los países del primer mundo. Entonces nos restringen las importaciones de nuestros productos y nosotros abrimos nuestro mercado. Además, hay un factor fundamental, que son los capitales financieros y el manejo de las finanzas, que es trasnacional. No tiene arraigo en ningún país, es un país en sí mismo y un poder histórico que requiere de mercados financieros sin regulación. Fijémonos lo que está pasando con la bicicleta financiera en la Argentina. Es un espacio que se está convirtiendo prácticamente en un lugar de producción de ganancia de ese capital financiero, y hasta fuga de ese capital financiero porque ni siquiera queda radicado en el país. Es algo muy peligroso que ella explicó bien en ese encuentro.
–Moyano habló de que trabajarían juntos para 2019.
–De lo que se habló es de trabajar para la unidad del movimiento nacional, popular y democrático. Tenemos que unir a todos aquellos que quieran y respeten la democracia, porque consideramos que hay una violación flagrante al estado de derecho en este momento.
–¿Cómo ve al peronismo de cara a la elección presidencial de 2019? ¿Debería haber una gran PASO para definir al candidato?
–Me cuesta mucho hablar del método electoral, porque a veces lo veo demasiado lejano en relación con las urgencias que tiene nuestro pueblo hoy. Sin embargo, es una de las soluciones alternativas a estos problemas. Porque los sectores populares necesitan del Estado y de sus instituciones, a diferencia de las grandes corporaciones, cuyos intereses coinciden con los de este Gobierno, que viola las instituciones. Es su modus operandi. Me parece a mí que el método, que podría ser una gran PASO o no, tiene que discutirse después de que se debata un programa, en el que desde el movimiento obrero y la Corriente Federal pregonamos que, por lo menos, el sindicalismo pueda proponer un modelo de país pensado por los trabajadores y trabajadoras. La unidad tiene que empezar fundándose por un programa, y Unidad Ciudadana dio un paso importante para esto el año pasado, porque su plataforma tiene forma de programa político y todos los que fuimos candidatos por este espacio suscribimos y firmamos respetar ese programa. Esto no es simbólico, literalmente lo firmamos. De lo contrario engañaríamos a la gente, como hizo Cambiemos con su fraude electoral. Ninguna de las promesas que hizo Cambiemos en las elecciones fue cumplida. Ganó con un programa político y después hizo todo lo contrario. También hay que decirlo, la gente no esperaba esto de este Gobierno. Quienes lo votaron esperaban que eliminaran el impuesto a las ganancias, por ejemplo. Este Gobierno, en cambio, quitó derechos, cambió la movilidad jubilatoria, redujo el haber previsional y ahora quiere ir por la moratoria. La población adulta mayor, que creo que fue la que más votó a Cambiemos, fue la más perjudicada por este Gobierno. Mirá qué paradoja.
–¿La ve a Cristina como candidata a presidenta en 2019?
–Ella ya dijo que ya fue senadora en su provincia, senadora nacional, diputada nacional, presidenta de la Nación elegida dos veces y que estará dispuesta a lo que el movimiento le demande y a lo que sea lo mejor para sacar a Macri.
–¿Qué opina de la causa de los cuadernos que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio?
–La primera reflexión es que es, efectivamente, un show. De causa judicial no tiene absolutamente nada. Hay que analizar el contexto: hoy hay una nueva operación en América latina que se llama “lawfare”, que traducido es “guerra jurídica”. Es un plan sistemático destinado a erosionar el poder político y a eliminar políticamente a todos aquellos sectores populares que han gobernado o que son oposición a los gobiernos de derecha de este momento. Esto sucedió en Honduras, en Paraguay, contra Dilma y Lula en Brasil, en la Argentina contra el kirchnerismo, el peronismo y un buen sector del movimiento obrero. La causa de los cuadernos se encuadra en ese engranaje porque hay intereses internacionales escondidos en esta cuestión. Esto tiene que ver también con las empresas hidroeléctricas de Santa Cruz. Es la inversión china más importante de América. Entonces, también nos quieren utilizar a nosotros, una vez más, en esa batalla geopolítica y mundial entre dos potencias. Como argentinos y argentinas tenemos que luchar por nuestra propia autonomía e independencia económica. No queremos ser serviles a ningún interés extranjero.
–¿Cuestiona entonces la veracidad de lo que dijeron los empresarios arrepentidos?
–No, como es una causa reservada no sabemos lo que dijeron los empresarios. Los periodistas no pueden verlo y no creo en lo que dicen los medios. Yo no podría decir que Fulano mintió o dijo la verdad porque no leí el expediente. Además, una causa que se inicia con el modelo de forum shopping, con la elección del denunciante al fiscal y del fiscal al juez, ya tiene nulidad absoluta. En derecho penal, esto se llama “fruto del árbol envenenado”. Todo el proceso está viciado. Y aunque esta causa hubiese sido iniciada correctamente debería estar radicada en el Juzgado Federal Nº10 y no en el juzgado de Bonadio por conexidad de las otras causas. Una causa judicial hoy en día no encuentra su sentencia en un juzgado sino en los medios corporativos de comunicación. Ya no importa lo que diga la Justicia, importa que esté repetido muchas veces en la tele. Miente, miente, miente, que algo quedará. Y la gente vuelve a caer en ese engaño, que se funda principalmente en que, como dijo un periodista de La Nación, “como no hay pan, que haya circo”.
–¿Nos puede decir en qué situación se encuentra el proyecto de ley sobre paridad de género que presentó en Diputados?
–El origen de esa presentación tiene que ver con aquel anuncio que hizo Mauricio Macri en la apertura de sesiones ordinarias el 1 de marzo, en la que él manifiesta estar preocupado por la brecha salarial entre varones y mujeres. En un diagnóstico que hace el Gobierno, equivocado, ellos caracterizan al problema de la brecha salarial como que hay un varón que hace la misma tarea que una mujer y que cobra más, un 30% más en promedio. Y la verdad es que la brecha salarial en la Argentina no tiene ese origen. El origen es la segregación ocupacional y que hay actividades laborales feminizadas, como salud, educación, trabajos en casas particulares y principalmente trabajo no registrado, realizado, en su gran mayoría, por mujeres. Y el promedio salarial de todas esas actividades está muchas veces por debajo de la línea de la pobreza. Si vos ponés en otra bolsa los salarios de los trabajadores varones, la mayoría de las actividades masculinizadas son bien remuneradas. Tienen cargos jerárquicos: hay muchos gerentes, directores, jefes, ministros, secretarios, etcétera. Eso te va arrojar el promedio salarial de que las mujeres cobramos un 30% menos. Entonces, si el Presidente está tan preocupado por esto, debería aumentarles el salario a los docentes, porque así se achicaría esta brecha. Ellos caracterizan mal el problema para plantear una nula solución, que es un proyecto de ley que el Gobierno ingresa al Congreso, que replica al artículo 14 bis de la Constitución, que es igual remuneración por igual tarea, sin agregar ninguna cuestión ejecutiva ni programática a esa ley. ¿De qué sirve replicar en una ley lo que dice la Carta Magna? De nada. Aparte de este proyecto, hay intervenciones a las organizaciones sindicales; es decir, se les da facultades en los artículos 3 y 4 para intervenirlas y no homologar convenios con el Ministerio de Trabajo. Esto es muy peligroso. Hemos caracterizado, las mujeres sindicalistas, a ese proyecto de ley como el cuarto proyecto de reforma laboral encubierto que entró por la Cámara de Diputados; los otros tres entraron por la Cámara de Senadores. Y esto es parte de la reforma laboral porque en este proyecto de ley del Gobierno, se incorporan figuran flexibilizadoras. Nosotras contestamos ese proyecto del Gobierno con una iniciativa superadora. Nos juntamos las mujeres de todas las centrales obreras, en un nivel de unidad que prácticamente no existe: CGT, CTA, CTA Autónoma, CTEP, CNCT y la Corriente Federal de Trabajadores, y elaboramos un proyecto que presentamos como de mi autoría, pero también lo firmaron todos los bloques de la oposición, prácticamente. Así que podría decir que no es un proyecto de nuestro bloque. Nace de las trabajadoras sindicalizadas y es replicado por toda la oposición en el Congreso. Nuestro proyecto contempla sanciones a los empleadores que incumplan con el principio de igualdad, por lo que incorporamos este principio de igualdad general a la Ley de Contrato de Trabajo, que contemplaría igualdad en el acceso al trabajo, igualdad en la carrera una vez en el trabajo e igualdad en la remuneración. El empleador que incumpliera esto sería sancionado por el valor de tres salarios mínimos y móviles, lo cual se encuentra abierto a discusión.