En español: Me importa un comino era un eslogan usado por ciertas unidades de soldados y camisas negras de la Italia Fascista. El altanero dicho escuadrista me ne frego, escrito en el vendaje de una herida, es un rasgo de filosofía, es el compendio de una doctrina algo más que política; es la educación para el combate, la aceptación de los riesgos a él anexos, es un nuevo estilo de vida”
Aunque es atribuido a Gabriele D’Annunzio, el lema fue, probablemente, generalizado entre en el Cuerpo de Arditi durante la Primera Guerra Mundial. Fue tomada en gran medida por el fascismo en los años venideros.
Hoy sobrevuela, ominoso, como meta mensaje en algunos dichos de importantes referentes de la vida política argentina. Dijo la Ministro de Seguridad “quien se quiera armar que se arme’ como si la cosa se tratase de comprar un helado o no, banalizando la importancia superlativa que encierra el uso de armas de fuego por parte de una ciudadanía que “totémiza” la tenencia de armas, cual tristes remedos de aquel ochentoso superhéroe He Man quien por poseer una espada creía ‘tener el Poder” como la Madre de las Soluciones para su Inseguridad.
A ver, por si alguno se le dio vuelta el Mapamundi, o cree seguir vacacionando en Miami o New York, nosotros estamos en el hemisferio SUR no en el NORTE donde de la mano de las Enmiendas Constitucionales y el comon Law (y de la poderosa Asociación del Rifle) la tenencia y portación de armas resulta un derecho primario e inalienable.
Acá la cosa cambia, desde el otrora cuestionado RENAR que otorgaba portaciones como si de hamburguesas de cadena se tratase al actual ANMAC, mucho más restrictivo, pero es justo reconocerlo también mucho más profesional, hemos recorrido un largo camino.
No obstante el periplo de acceder a un arma (legal porque de las truchas la cosa es más fácil) sigue siendo una aventura a veces pedestre a veces de ribetes tragicómicos, pero siempre complicada.
No se trata de realizar el deseo armamentista con un simple conjuro o la pertenecía a ciertas agrupaciones con un fastidioso parecido a fuerzas de choque. Hoy se requieren enjundiosos trámites solamente para acceder a la categoría de Legítimo Usuario de Armas, de ahí en más está por la suya detrás de las líneas enemigas, aunque hoy con cierta luz al final del túnel.
Si posee las condiciones de aptitud, pico físicas, de medios de vida lícitos y las habilidades de tiro respectivos puede aspirar a terminar practicando caza o tiro deportivo. Ahora si la cosa viene de Charles Bronson en el Vengador Anónimo, ahí se dificulta .Test psicológicos seguramente lo detectarán y será arrojado al fuego de la casilla 1 de este moderno Juego de la Oca.
Por eso, no se trata de tener ganas, se trata de tener las condiciones y quizás de NO tener alguna voz en contra susurrando en el oído indicado.
Igual la tenencia de armas es desaconsejable, el legítimo usuario es legal y el victimario seguramente no lo sea así que la ecuación seguramente será nefasta.
Que conste en Actas.
Luis Vicat, abogado y licenciado en Seguridad