Inesperadamente, este jueves a las 11,30 de la mañana se reunieron el ministro del Interior, Jorge Matzkin, con el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra y su secretario de Hacienda, Miguel Ángel Pesce. El objeto del cónclave fue seguir negociando el Acuerdo Bilateral, que desde los tiempos remotos en los que Oscar Lamberto era el secretario de Hacienda de la Nación se discute incesantemente sin llegar a ninguna conclusión.
Las discusiones de los últimos días -que se parecieron más a desafíos de tahúres que a discusiones de gobernantes- estuvieron centradas en el modo en que se hará efectivo el pago de la deuda de 140 millones que la Nación mantiene con la Ciudad, más los 100 millones que recibirá ésta en compensación por disminuir en un 60 por ciento su déficit para el 2002.
Los porteños quieren que esos 240 millones sean abonados en seis cuotas de 40 millones cada una. De todos modos, los hombres de Ibarra sostienen una exigencia adicional: necesitan que la primera cuota llegue a las arcas porteñas en la primera quincena de junio, justo a tiempo para pagar los aguinaldos de sus empleados.
Tras la reunión, Ibarra manifestó ante la prensa que se "sigue negociando" y que no firmará "bajo presión", en tanto que precisó que la Ciudad "fue el único distrito que no recibió un peso desde agosto, salvo un pago de abril". Los dichos del jefe de Gobierno dejan entrever que el acuerdo aún está lejos de lograrse. Aún así, esta situación de "stand-by" no generará pánico en la capital argentina, uno de los pocos distritos que vive de su propia recaudación y que es acreedor y no deudor de la Nación.