La violencia otra vez en París este sábado en la cuarta marcha de los “chalecos amarillos”. El “Acto IV” de los “chalecos amarillos” al principio lucía más calmo de lo que se esperaba, miles de manifestantes protestaban en una capital blindada, con el Palacio del Elíseo (la sede del gobierno) completamente cercado por muros antidisturbios.
La gente, desalojada con gases lacrimógenos de los Campos Elíseos, se desplazó a los Grandes Bulevares, donde construyeron barricadas.
Los “casseurs” hicieron su aparición en el Faubourg Saint-Denis y el bulevar Sebastopol, donde los negocios no estaban protegidos con maderas.
Los “casseurs” que rompen las vidrieras y roban, son extremadamente hostiles.
Los casseurs andan encapuchados y el gran desafío es distinguirlos de los “chalecos amarillos”.
Más consignas se agregaron a la clásica “Macron, dimisión”: la gente grita “Todo el mundo detesta la policía” y aparecieron carteles donde se lee “Dictadura de las finanzas, Macron marioneta”.
Ya hubo más de mil arrestos en todo el país, según el primer ministro Édouard Philippe. En París alrededor de 270 se transformaron en detenciones preventivas.
En los Campos Elíseos la situación se desbordó con la policía lanzando agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes que piden a gritos la renuncia del presidente Emmanuel Macron.
A la mañana la tensión pasó por los Campos Elíseos.
Los policías cerraron la calle y cargaron con granadas.
En la Bastilla hubo unos 1.500 manifestantes. Los “chalecos amarillos” se distribuyen por toda la ciudad: Bercy, donde se encuentra el Ministerio de Economía.
En París se distribuyeron unos 8.000 uniformados y hay 69.000 en toda Francia.
En el interior de Francia también se producen manifestaciones, por ejemplos en Marsella, Niza, Lens, Lille, Toulouse y Bordeaux.