Para no depender del subsidio estatal, la Iglesia recibirá aportes de los colegios religiosos y, de esta manera, que el Estado deje de transferirle $130 millones anuales. Así lo dispuso el Gobierno el viernes pasado a través de una resolución que permitirá a los fieles hacer su aporte voluntario para el sostenimiento del culto a través de la cuota del colegio confesional de sus hijos. Se da luego de que la Iglesia Católica renunciara a los fondos del Estado.
La resolución, firmada por el canciller Jorge Faurie y el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro, será publicada los próximos días en el Boletín Oficial, luego del acuerdo entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). “A partir del año que viene en algunos establecimientos educativos pertenecientes a la Iglesia Católica comenzará a implementarse un procedimiento de contribuciones destinadas al sostenimiento del culto, de manera libre y progresiva”, informó la CEA en un comunicado.
En noviembre, la asamblea plenaria de la CEA acordó el “reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de los fieles”, lo que implica la renuncia, aunque no de manera inmediata, a los $130 millones que recibe por año.
Según la Secretaría de Culto, que conduce Alfredo Abriani, la implementación de esta herramienta será “voluntaria” en tanto que cada colegio actuará como “agente recaudador”, es decir, percibirá la contribución “por cuenta y orden de la institución que decida hacerla”.
“Lo que se busca es generar un cambio de paradigma que implique pasar del sistema de sostenimiento actual a otro donde sean los propios fieles quienes sostengan a las confesiones religiosas”, concluyó Abriani.
La prueba piloto en algunas escuelas coexistirá en 2019 con el aporte que hace anualmente el Estado en concepto de asignaciones a los obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera, lo que representa el 7% del total de los recursos que maneja el Episcopado.
