La Policía de la Ciudad separó de su cargo a dos oficiales que se negaron a intervenir en la detención de un ladrón, que había sido reducido por otro dos efectivos vestidos, de civil en el barrio de Nueva Pompeya.
El Ministerio de Justicia y Seguridad porteño les inició “un sumario, un pase a disponibilidad, cesantía y una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario público“. Se trata del inspector principal Barrientos y del inspector Santamaría, de la comisaría vecinal 4B.
El incidente ocurrió el sábado alrededor de las 20, cuando el ladrón entró con un cuchillo a una casa ubicada en la calle Quilmes al 400, a pocos metros de la dependencia policial.
Dentro de ese domicilio había dos efectivos de la misma fuerza, que vestidos de civil le dieron la voz de alto al delincuente y lo redujeron en la vereda. La escena quedó registrada en un video que se viralizó en las redes sociales.
En la grabación también quedó detallada la actitud de los dos inspectores sancionados, que no quisieron intervenir. Uno de ellos hasta llegó a justificar que no iban a cooperar ya que habían lastimado al ladrón. “¿Para qué le pegan si ya está detenido?”, dijo uno de los efectivos antes de ingresar a la comisaría como si nada hubiese pasado.
Mientras tanto, los dos policías que mantenían al ladrón reducido insultaron a Barrientos y Santamaría por no ayudarlos y llamaron al 911. “¿No me vas a dar una mano? Son una vergüenza”, gritó uno de ellos. A los pocos minutos, llegó al lugar un patrullero con un oficial mayor que se encargó de ser el nexo entre la secretaría de la fiscalía de turno, ya que los agentes que habían capturado al criminal estaban nerviosos por la discusión con sus pares.
El delincuente finalmente fue trasladado por orden del fiscal a un hospital para ser atendido por un golpe en la cara y en la rodilla, provocados al ser reducido en la calle. El hecho fue caratulado como “Violación de domicilio” e interviene la Fiscalía Contravencional, Penal y de Faltas número 30, a cargo de Carlos Rolero Santurian.