A principios de enero de 2017, hace dos años, Tefi salió a comer, bailar y tomar algo con sus amigas esperando tener, al día siguiente, no más que una resaca y anécdotas de esas que solo te da la noche porteña. Justo ese día tuvo que llevar a su abuela al médico. Discutió, se pelearon. Tenía una sensación extraña sobre el cuerpo, no entendía por qué.
A partir de esa noche, tuvo que afrontar el difícil proceso que sucede cuando te convertís en víctima de la violencia más aleccionadora y aberrante de un sistema social de desigualdades: un abuso sexual. Además, la acción moralizadora sobre su cuerpo fue de parte de un “ídolo” o el “Dios del sur del Conurbano”, como ella misma lo describe, con lo cual a su dolor se le sumó luchar contra la cultura del “aguante” y de los “ídolos intocables”.
Tefi militaba en La Cámpora, la agrupación política más famosa de los doce años del gobierno kirchnerista. Las banderas, los cánticos, las actividades y la juventud empoderada envalentonando a la política quedará para siempre en la historia argentina. Lamentablemente para ella, también fue donde conoció a su abusador, Jorge “El loco” Romero, actual Senador bonaerense por Unidad Ciudadana, mejor amigo de Máximo Kirchner y “El Dios” de la zona sur de la Provincia de Buenos Aires.
Después de la denuncia de Thelma Fardín, casi dos años después, conmovida por cómo la actriz expuso su dolor y el acompañamiento de las Actrices Argentinas, radicó una denuncia en el juzgado número 28 de la jueza Fabiana Palmaghini contra Jorge “El loco” Romero por abuso sexual.
¿Cómo fue la situación que viviste con Jorge “El loco” Romero por lo cual lo denunciaste?
Me llamó “El misio” Cáceres, que era un conocido de las actividades. Me dijo que habían venido unos amigos del interior para salir. Fuimos a comer a un bar por Palermo, después a bailar a Kika y ahí apareció Jorge Romero. Luego, nos fuimos al departamento de “El Misio”. Después de un rato, yo decido tener relaciones en la cocina con uno de los pibes que estaba ahí. Ahí empezó que “El loco” venía y abría la puerta para mirar. Cuando salgo de ahí, me doy cuenta que uno de los que estaba ahí ya no estaba, pero me dicen que la llevaron a su casa. Después resulta que “El misio” había entrado a un cuarto con su amigo y la chica. La piba hasta el día siguiente no se acordaba que había tenido relaciones con los dos.
En un momento vuelvo a la cocina, y “El loco” me sigue y me dice “bueno, ahora le vas a chupar la pija a él, a él y a mí”. Le digo que no quiero y me encierra en la cocina. Cuando logro salir, “El loco” me mete en el baño y traba la puerta que, a todo esto, estaba al lado del cuarto de “El misio”. Se baja los pantalones, me muestra sus genitales y me dice que le practique sexo oral. Yo le decía que me quería ir, que por favor me abra la puerta. Cuando trato de escapar, me agarra de la cintura y me dice “vos vení para acá“. A todo esto, yo golpee la pared y grité. Para mi mente fue media hora, aunque puede haber sido menos tiempo. Finalmente, logro escapar y al mismo tiempo sale “El misio” del cuarto con la piba. Nos lleva él hasta nuestras casas y terminó ahí.
¿Qué pasó después?
Era una sensación rara la que tenía en el cuerpo, no era como las veces que había tenido relaciones con otros pibes. Incluso en ese momento minimicé el hecho de que se había bajado los pantalones y solo pensaba que había sido horrible el encierro en el baño. Pensaba que “no me había pasado nada”, pero después estuve un tiempo que no podía ir al baño con la puerta cerrada.
“Yo estaba en ese departamento porque tenía buena onda con ‘El Misio’, ¿por qué no iba a estar ahí? Incluso ese día cuando que me llamó para salir me dijo ‘quedate tranquila que no va a pasar nada que no quieran’. Yo en ese momento lo tomé como algo obvio y como una estrategia para que lleve amigas”.
¿Cómo eran las actividades de La Cámpora?
Era un gran ambiente de compañerismo, recuerdo jugar a las cartas, hacíamos vueltas a ver si alguien necesitaba algo, ayudábamos a la Tupac Amarú para hacer comida para todos.
¿Te agradecen muchas chicas que hayas hablado?
Muchísimas. Me sorprende porque es como raro, no me acostumbro. Yo estoy exponiendo mi dolor, lo que me pasó, pero si sirve para la lucha y para otras pibas, bienvenido sea siempre.
¿Sos consciente que esto trasciende tu caso?
Una vez dije que no me agradezcan a mí, sino a las cientos de pibas que se me acercaron a hablar. Algunas chicas me tomaron a mí como cierta referente de lo que estaba pasando.
Muchas se acercaron a contarme historias terribles en la que mencionan a gente muy pesada, como el “Cuervo” Larroque, que le dijo a una piba que para poner una unidad básica había que chuparle la pija. También él presenció muchos casos. Me contaron que un compañero agarraba a su pareja de los pelos y la llevaba al fondo, y el Cuervo decía “no, no vos no te tenes que meter porque son problemas de pareja”.
¿Cómo fue que lo contaste?
Le conté a una amiga porque le tenía miedo a Romero y me lo cruzaba en las actividades. Pero siguió pasando el tiempo y yo cada vez me sentía más culpable por haber estado en ese departamento, como si eso habilitara al abuso. Tuve un novio después que le pedí no festejar San Valentín, incluso, por este tema.
Ya unos meses después les cuento a mis amigas y me dicen “che, te abusaron”. No me olvido más que fue en un acto que fue Hebe de Bonafini a la Comuna 13. Ahí deje de militar por miedo a que “termine lo que no pudo antes”, que en cualquier momento me empuje y me encierre en un baño otra vez.
Después me empecé a empoderar como feminista, a ser consciente de muchas desigualdades y de la cultura machista en la que vivimos y ahí lo pude procesar.
¿Cómo fue que decidiste denunciar a Jorge Romero?
Lo de Thelma me pegó muchísimo en el sentido de cómo expuso su dolor contra una figura tan fuerte como la de Darthés, que ya tenía denuncias como la de Calu y no le creían. También el acompañamiento de las Actrices Argentinas, sentí que se armó una revolución en todos lados de empezar a hablar. Ese día me dí cuenta que lo tenía que hablar.
Creerle a una mujer es una decisión política, salvo para La Cámpora
Cuando Tefi denunció a su ex por golpeador, La Cámpora no dudó en sacar un comunicado explicando que el sujeto en cuestión “no militó jamás” en su agrupación, hecho que no solo es una falacia, ya que están las fotografías de él participando en las actividades de la agrupación, sino que además no lo hace menos violento. La reproducción de la violencia y el aleccionamiento van más allá que la bandera política que te identifique, la banda de rock que escuches o la actividad social que realices.
“Ellos se piensan que pueden decir cualquier cosa y todo va a estar bien. Muchas militantes cuestionaron a sus dirigentes después de que yo hablé”
“Nada que esconder” se llamó el “descargo” de La Cámpora, donde negaron que su ex haya militado en su partido y echaron la culpa al “monopolio de los medios” (Tefi lo dijo en la señal del Grupo Clarín Todo Noticias). “Su objetivo tiene una clara intencionalidad política, la de ensuciar a la militancia y a la organización popular, utilizando un tema sensible para toda la sociedad”, alegaron.
¿Amado Boudou salió a bancar tu denuncia?
Me lo encontré en lo de Mauro Viale, que es la primera nota que el dió después de su libertad. Yo había ido por mi denuncia, y cuando entró Amado los dos nos miramos en el vivo. Cuando fue al corte, nos paramos y nos dimos un abrazo. Me dijo ‘gracias por tu valentía, compañera’.
¿Es fácil integrar el feminismo al peronismo?
Para mí ambos se tratan de justicia social. En el peronismo tuvimos íconos como Evita y Cristina, le dio el voto a la mujer. A nivel historia es impresionante. Yo creo que Cristina así como no nos permitió debatir el aborto, porque hay que decirlo, dio muchas posibilidades a las mujeres.
¿Qué sentiste cuando CFK dijo en el Congreso que iba a hacer un Gobierno “nacional, popular y feminista?
Yo a Cristina la admiro y para mí es una mujer increíble. Me encantó y es como dice Luciana Peker, es la revolución de las hijas. A Cristina la hizo entrar en razón Florencia. Me pasa con mi propia mamá. Le estamos haciendo entender a las generaciones anteriores que fueron abusadas y violentadas, pero hay mucha cultura del aguante, es decir, no decir nada y mantenerse en relaciones violentas.
¿Cómo sigue la denuncia?
El próximo mes tengo que asistir a una audiencia para ratificar mi denuncia. Me sonó raro “audiencia”, pero no sé, quizás es con la jueza Paglamini que es la que lleva mi causa. Todavía no hay fiscalía asignada. Mi abogado es Federico Parbolo.