Antes 22 de enero, menos de uno de cada cinco venezolanos había oído hablar de Juan Guaidó. Hace solo unos meses atrás, este hombre de 35 años era un personaje oscuro en un grupo de extrema derecha políticamente marginal, estrechamente asociado con actos espantosos de violencia callejera. Incluso en su propio partido, Guaidó había sido una figura de nivel medio en la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, que ahora se encuentra bajo desacato según la Constitución de Venezuela.
Pero después de una sola llamada telefónica del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, Guaidó se proclamó a sí mismo como presidente de Venezuela. Ungido como el líder de su país por Washington, un político previamente desconocido fue trasladado al escenario internacional como el líder seleccionado por Estados Unidos para la nación con las reservas de petróleo más grandes del mundo, según publicaron Dan Cohen y Max Blumenthal en el medio telesurtv.net.
Haciendo eco del Consenso de Washington, el comité editorial del New York Times calificó a Guaidó como un “rival creíble” para Maduro con un “estilo refrescante y una visión para hacer avanzar al país”. El comité editorial de Bloomberg News lo aplaudió por buscar la “restauración de la democracia” y el Wall Street Journal lo declaró “un nuevo líder democrático”. Mientras tanto, Canadá, numerosas naciones europeas, Israel y el bloque de gobiernos latinoamericanos de derecha conocido como el Grupo de Lima reconocieron a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela.
Asimismo, a través de su cuenta de Facebook, el Comité Argentino de Solidaridad y Amistad con Nicaragua – Rosario continuó y resumió lo publicado en esta nota al expresar que:
- Si bien Guaidó era desconocido para buena parte de las y los venezolanos, no lo era para la CIA.
- Guaidó es el producto de más de una década de asidua preparación por parte de las fábricas de cambio de régimen de la élite del gobierno de los Estados Unidos. Junto a un grupo de activistas estudiantiles de derecha, Guaidó fue cultivado para socavar el gobierno de orientación socialista de Venezuela, desestabilizar el país y un día tomar el poder. Fue seleccionado a dedo y preparado por una academia de entrenamiento de cambio de régimen financiada por los Estados Unidos para derrocar al gobierno de Venezuela y restaurar el orden neolliberal.
- El 5 de octubre de 2005 con la popularidad de Chávez en su apogeo y su gobierno planeando programas socialistas, cinco “líderes estudiantiles” venezolanos llegaron a Belgrado, Serbia, para comenzar a entrenarse para una insurrección. Uno de ellos era Guaidó.
- Los estudiantes habían llegado de Venezuela por cortesía del Center for Applied Non-Violent Action and Strategies, o CANVAS. Este grupo se financia en gran parte a través de National Endowment for Democracy, una creación de la CIA que funciona como el brazo principal del gobierno de Estados Unidos para promover el cambio de régimen.
- En 2007 Guaidó se graduó en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Se mudó a Washington DC para inscribirse en el Programa de Gobernabilidad y Gestión Política en la Universidad George Washington, bajo la tutela del economista venezolano Luis Enrique Berrizbeitia, uno de los principales economistas neoliberales de América Latina. Berrizbeitia es ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y pasó más de una década trabajando en el sector energético venezolano, bajo el antiguo régimen oligárquico expulsado por Chávez.
- Hace unos meses, el gobierno Trump decide que será el nuevo “líder” de Venezuela, se lo comunica al títere, este se sube a una tarima, y se autoproclama Presidente.