La Ciudad busca imponer el uso de energía renovable en el transporte público. El proyecto, que ya ingresó a la Comisión de Medio Ambiente de la Legislatura porteña, plantea prohibir a partir de 2028 la circulación de vehículos de transporte público que funcionen a nafta, diesel u otro combustible que no provenga de energías renovables.
De esta forma, si se llega a aprobar, todos los taxis y colectivos que circulen por suelo porteño a partir de 2028 deberán ser eléctricos, híbridos o estar propulsados por hidrógeno u otro combustible no fósil.
“Lo que busca es cambiar en 10 años el transporte público para que sea ecológico, con la idea de bajar la emisión de gases. Pero no sólo apunta a vehículos eléctricos, sino también a los híbridos y de hidrógeno”, le explicó a Perfil, Sergio Abrevaya, legislador porteño por el GEN y autor del proyecto.
De acuerdo al legislador, la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (CEAP) ya dio el visto bueno a la iniciativa. “En la Ciudad de Buenos Aires todas las líneas tienen la obligación de renovar su flota cada 10 años y ellos ya manifestaron que están dispuestos a hacer el recambio por unidades ecológicas”, sostuvo.