Los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá volvieron a enfrentarse muy duro. Mientras uno presidió un Congreso custodiado por la Policía Federal y ocupaba la sede partidaria, el otro lo desafío con un mensaje en las redes acusándolo de “someter a violencia a la población”. La lucha por llegar a la gobernación llevará a los hermanos a liderar dos listas a gobernador distintas y a competir en elecciones abiertas no obligatorias para definir quien pasa a las elecciones generales.
El Congreso Provincial del PJ resolvió por mayoría convocar a los afiliados a la presentación de listas para las PASO que se realizarán en toda la provincia en abril y conformó una comisión de Acción Política para organizar esa contienda.
Adolfo le respondió a las decisiones más tarde con un vídeo en el que culpó a su hermano: “Una vez más el Alberto atropella al pueblo de San Luis, ejerce violencia física y psicológica. Por más que me expulsen del partido seré el próximo gobernador”, desafío el senador.
Alberto Rodríguez Saá, gobernador y presidente del congreso logró imponer la mayoría de los votos y desplazó de las más importantes decisiones a su hermano que desde la mañana temprano se ausentó a un lugar no público a seguir el informe de sus apoderados que tampoco fueron aceptados en la convocatoria.
Nunca se registró anteriormente en los hechos una fractura a este nivel que separara a los hermanos Rodríguez Saá desde que ocupan el poder en 1983.
Alberto es actual gobernador y manifestó su interés de ser el “candidato natural” para continuar en el Gobierno mientras su hermano, actual senador nacional y quien fuera ya cinco veces gobernador, también se lanza en la pelea.
Adolfo anunció hace dos días que tiene conformado un frente al que llamo “Juntos por la gente” que conformó con el MID y Partidos Vecinalistas. Alberto por su parte se lanza con todo el aparato de gobierno y ahora con aval del Congreso partidario a mantenerse en la carrera y sostener su Gobierno.
El último enfrentamiento público entre ambos tuvo que ver con el tratamiento de la Ley de Presupuesto que mientras Adolfo ubicó a sus 4 diputados nacionales para tratar esa ley, Alberto la rechazó y fue uno de los más rebeldes gobernadores. A tal punto que fue el único que no firmó el Pacto Fiscal. Alberto acusó a los diputados “de haber regalado la cola para dar quórum”. Esas diferencias se hicieron públicas y se tradujeron luego en posiciones contrarias en la Legislatura.