El lunes comenzó la tercera visita al país del FMI, la cual tiene como objetivo la revisión del acuerdo stand by negociado en junio del año pasado. La Argentina pasará el examen y, de esa manera, en marzo el organismo que dirige Christine Lagarde habilitará el dinero comprometido para el primer desembolso del año. Ese dinero llegaría a los USD 11.000 millones, y completaría los USD 24.000 millones del segundo acuerdo con el organismo firmado en septiembre del año pasado. Este dinero se suma a los USD 15.000 millones del desembolso de junio pasado correspondientes al primer acuerdo.
La misión que comenzó ayer estuvo encabezada por el italiano Roberto Cardarelli y representó además el debut del jamaiquino Trevor Alleyne como “embajador” del organismo en el país. Los primeros interlocutores de los visitantes fueron el secretario de Política Económica, Miguel Braun, y el vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, Gustavo Cañonero, con quienes, según contó Ámbito, se trazó un plan de acción para los ocho días hábiles que durará la inspección de las cuentas públicas. Cardarelli y Alleyne expusieron cuáles son los requerimientos de datos que quieren revisar y la información que quieren llevarse hacia Washington para el análisis final antes de presentar el informe ante el board del organismo.
En mayo, el organismo liberaría los casi USD 18.000 millones restantes, para completar el préstamo global de USD 57.100 millones. En total, este año el organismo debería desembolsar unos USD 30.000 millones totales. Si se cumple el cronograma pactado, el dinero estaría transferido antes de octubre.
Con esto, el país estaría liberado de problemas de deuda durante todo 2019 y parte de 2020.
Más allá en el tiempo, y a la espera del último desembolso del acuerdo firmado con el FMI, se especula que, con la cercanía de las elecciones y el apoyo político que Lagarde y Donald Trump le vienen garantizando a Mauricio Macri, no habría problemas para completar todo el programa de USD 57.100 millones,