Tras un largo período de hibernación, el Partido Justicialista decidió dejar de lado sus conflictos internos –que de todos modos, siguen existiendo- y desde entonces se puede decir que este siete de marzo, sus militantes, dirigentes, referentes y simpatizantes comenzaron a recorrer el largo camino que culminará en las cruciales elecciones del 27 de octubre de 2019.
El camporista Wado de Pedro minutos antes de que arrancara la cumbre escribió un tuit en el que hacía alusión a Sergio Massa y a los gobernadores, con la idea de dirimir roles y candidaturas en las PASO. El tema no pasó desparecibido en la concurrencia y rápidamente se supo que ea maniobra contaba con el aval de la senadora Cristina Fernández. Es sabido que los gobernadores acordaron, cada uno como pudo en el difícil escenario del peronismo, timonear sus escenarios electorales provinciales para recién después dirimir con Unidad Ciudadana la cuestión nacional. La propia senadoera Kirchner aprobó esta metodología.
El clima fue tribal –el hijo del mítico Hugo del Carril entonó el Himno Nacional-, como es la costumbre del peronismo, lleno de alegría, consignas, cánticos y saltos que hicieron temblar el estadio. El final, tras las seis horas que mediaron entre el comienzo de las acreditaciones, los discursos, las votaciones y las deliberaciones, exigía –la mística peronista es una marca que no dejará de existir- la Marcha Peronista y ésta fue gritada, más que entonada, por la abigarrada multitud.
En lo formal, en el estadio Héctor Etchart, situado en el barrio de Caballito, los 643 congresales nacionales reunidos autorizaron –en todos los casos por unanimidad- a las autoridades partidarias a establecer alianzas con otros partidos, aprobaron los estados contables de los tres últimos años, ratificaron la amnistía para muchos dirigentes que en los últimos años buscaron otras opciones políticas y, finalmente, advertidos por los apoderados del partido, advirtieron que no van a aceptar “los amañados decretos que modificaron el sistema electoral” (Jorge Landau).
Éste es un conflicto que hasta ahora había pasado prácticamente inadvertido, pero que amenaza con culminar en un nuevo escándalo político, ya que contiene aristas que abren un lugar demasiado evidente a la sospecha.
Son tres decretos –no de Necesidad y Urgencia, que deberían ser ratificados por el Congreso- que emitió el Poder Ejecutivo, por los que se autoriza un voto por vía postal, anticipado por cuatro días a los residentes en el exterior –hay unos 360 mil autorizados para votar-; a los integrantes de las fuerzas de seguridad y a las personas privadas de su libertad.
En este caso, denunciaron los apoderados justicialistas, existen dos problemas básicos: el primero, que sólo el Congreso –y con mayoría especial- puede modificar la ley electoral, por lo que “quiebra la división de poderes” (Landau); el segundo es que esta forma de votación puede ser vulnerada fácilmente sin mayores problemas, a la vez que es imposible que pueda ser fiscalizada.
El otro tema electoral que será planteado en la Justicia es la supresión de los telegramas con los resultados, que serían reemplazados por procesos electrónicos, también susceptibles de ser “influenciados” por manos aviesas. Además, también quedarían de lado las actas de apertura y cierre del comicio, así como los certificados del escrutinio. “Si eliminan el papel, quedamos indefensos”, advirtió Landau.
Apertura del Congreso
Inmediatamente después de cantar el himno, la bella actriz Victoria Onetto recitó un poema de José María Castiñeira de Dios, el verdadero autor del término “volveré y seré millones”.
Onetto recitó, entonces: Yo he de volver como el día, para que el amor no muera, con Perón en mi bandera, con el Pueblo en mi alegría. ¿Qué pasó en la tierra mía, desgarrada de aflicciones? ¿Por qué están las ilusiones quebradas de mi hermanos? Cuando se junten sus manos, volveré y seré millones.
Cuando se hacían las 13:00, se sentaron en el estrado Gildo Insfrán, José Luis Gioja, Antonio Caló, Guillermo Moreno, Omar Plaini, Hugo Moyano, Sergio Urribarri, Daniel Scioli, Cristina Álvarez Rodríguez, Agustín Rossi, Víctor Santa María, Fernando Gray, Gustavo Menéndez, Eduardo de Pedro, Leonardo Nardini, María Eugenia y Martín Soria, Verónica Magario, Fernando Espinoza, Hugo Yasky, Fernando Navarro, Felipe Solá y Ginés González García, entre otros.
Hablaron en primer término sobre diferentes temas Gildo Insfrán, que presidió el evento, Gioja y Álvarez Rodríguez. El gobernador formoseño dijo unas palabras de bienvenida y puso el Congreso bajo la advocación de Evita, mientras que Gioja recordó a Esteban Righi y a José Manuel de la Sota. “Si vivieran, estarían acá con nosotros. El Gallego quería la unidad, un compañero que estaba buscando hablar con todos”, lo describió Gioja desde el microestadio de Ferro, y se ganó los aplausos de los concurrentes.
Durante la jornada la sobrina nieta de Evita recordó a la “Evita Guerrera” y clamó por librar “a la Patria, que está en peligro, gobernada por un grupo de inescrupulosos”.
Luego fue la hora de aprobar los cinco temas del Orden del Día, que incluía cinco puntos y exigía aprobar las decisiones de la Comisión de Poderes, lo cual se hizo por unanimidad, que fue la tónica de todo el Congreso.
Un final a toda orquesta
Agotados los temas del Congreso, llegó el momento de las evaluaciones. Lo primero que quedó claro es que el peronismo saldrá a la palestra dispuesto a lastimar, políticamente hablando, dejando de lado la hibridez de la que hizo gala en la etapa post-kirchnerista.
Otra cosa que quedó clara, en especial por la insistencia de la conducción en convocar a todos los sectores, es que el que se niegue a acudir al llamado será desterrado del universo peronista. Hubo “off the record” varias alusiones al respecto, vertidas por encumbrados dirigentes, que prometieron sanciones ejemplificadoras para los rebeldes, que serán asestadas en silencio, cuando la etapa presente haya quedado superada.
En una palabra, los peronistas de la diáspora quedarán atrapados para siempre en ella.
Fue el locutor que abrió el acto el que resumió el espíritu que los anima hoy: “que empiecen a sentir que el elefante se pone de pie”, graficó.