Fuentes oficiales deslizaron ante la prensa el mal humor que reina entre los miembros de la Corte Suprema con respecto a la posibilidad de que los gobernadores Sergio Casas (La Rioja) y Alberto Weretilnek (Río Negro) salteen las limitaciones constitucionales para postularse para nuevos -terceros, en ambos casos- mandatos.
Como es habitual en algunos fallos de la Corte, éstos perjudican a izquierda y derecha. Salomónicamente, si vale la expresión.
El 22 de marzo sería el Día D, que en Río Negro podría beneficiar al peronista Martín Soria y en La Rioja abriría, de alguna manera, una vía posible para el exministro de Defensa de Macri, Julio Martínez, para intentar arribar a la Gobernación.
Weretilnek llegó inesperadamente a la Gobernación después de la tragedia que involucró al gobernador electo, Carlos Soria -padre de su actual rival-, que fue asesinado por su esposa, Susana Freydoz en la noche de Año Nuevo de 2012.
El exintendente de Cipolletti, que era el vicegobernador, asumió la gobernación en lugar de Soria y luego fue reelecto en 2015. Ante la posibilidad de que el gobernador se postularse para su tercer mandato consecutivo, el peronismo apeló ante el Superior Tribunal de Justicia provincial, que falló insólitamente en favor de Weretilnek, lo que obligó al justicialismo a recurrir a la Corte Suprema.
El caso del riojano Sergio Casas es parecido, aunque no igual al de Weretilnek. Casas cumplió un mandato como vicegobernador de Luis Beder Herrera y en diciembre de este año culminará su primer mandato como gobernador. En este caso, el riojano convocó a una consulta popular el 29 de enero último para proponer la aprobación de una enmienda constitucional, que también fue insólitamente validada por la Corte Suprema riojana.
En principio, cuando llegaron al máximo tribunal de justicia las apelaciones, no hubo respuesta inmediata, pero el 1º de marzo, la Corte Suprema de la Nación decidió aceptar ambas.
La urgencia mayor es la de Río Negro, que elegirá gobernador el siete de abril. En La Rioja, Casas pretendía arribar a su tercer mandato el 12 de mayo, cuando sus comprovincianos votarán por sus candidatos distritales. En ninguno de los dos distritos existen las elecciones primarias.
La mayoría habitual de la corte, que conforman Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Eduardo Maqueda serían partidarios del rechazo a las aspiraciones de ambos mandatarios y a ellos se sumaría Elena Highton de Nolasco. Maqueda y Rosatti, inclusive, fueron diputados constituyentes en la reforma constitucional de 1994 y son los inspiradores del no a los gobernadores.
Si la ausencia de Weretilnek en las boletas le abriera paso a Soria, sería una causa de irritación para la Casa Rosada, que esperaba llegar a la segunda elección de gobernadores festejando dos derrotas del peronismo, en el camino hacia octubre. Hasta ahora hubo dos elecciones: las PASO provinciales de La Pampa y la general para gobernador del domingo último en Neuquén. De ahora en más, hasta el 12 de mayo -cuando se elija gobernador en La Rioja- habrá PASO en Córdoba (17/3); San Juan (31/3); Chubut (7/4); Entre Ríos (14/4); San Luis (21/4) y Santa Fe (28/4). La única excepción será la elección general de Río Negro, que se producirá el siete de abril.
Ya hubo un caso anterior de una Corte Suprema anti re-re. Ocurrió cuando los radicales apelaron a ella para impedir un tercer mandato de Gerardo Zamora en Santiago del Estero, que obligó a éste a delegar su candidatura en su esposa, Claudia Ledesma Abdala, que ganó aquella elección. El cinco de noviembre de 2013, la Corte hizo lugar al pedido de la UCR, con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt, Enrique Petracchi y Juan Carlos Maqueda. Es necesario recordar que las elecciones para gobernador en esta provincia van desfasadas de las de las demás -excepto Corrientes- y eso hizo que Zamora recién volviera a ser gobernador en 2017. En aquella ocasión, las elecciones se realizaron el dos de diciembre de 2013.
En estos casos, el gobierno sigue padeciendo la más absoluta minoría en la Corte, corporizada en la soledad de su actual presidente, Carlos Rosenkrantz, que en ocasiones cicatriza el acompañamiento de su par Elena Highton de Nolasco, que de todos modos suele preferir su inpependencia y lo acompaña sólo algunas veces. Curiosamente, los conocedores de los pasillos de Talcahuano aseguran que Rosenkrantz se opone a la reelección de Casas, pero no a la de Weretilnek.