Según publicó el medio especializado en finanzas estadounidense Bloomberg, el Departamento de Estado norteamericano comenzó a evaluar opciones diferentes a la de Guaidó en Venezuela.
Este simple planteo, en realidad abrirá paso a una escalada militar en detrimento de la “solución política” que encarnaba Juan Guaidó. La agencia evaluó que “el impulso para eliminar a Maduro, que a criterio de EEUU es ‘inevitable’, se está volviendo cada vez más caótico y arriesgado”.
Las fuentes de los cronistas de la agencia -funcionarios del State Department y dirigentes opositores venezolanos- explicaron de qué manera el propio país del norte se encuentra por estos días despreciando el efímero y escaso poder de Guaidó para abrir paso a una guerra que será protagonizada por mercenarios a sueldo.
La nota de Bloomberg se inicia con el relato de una supuesta operación, que hubiera sido llevada a cabo por unos 200 “desertores” del ejército venezolano, liderados por el exgeneral Oliver Alcalá. Los exsoldados se disponían, el 23 de febrero último, a abrirle paso “con armamento” a los convoyes de “ayuda humanitaria” que intentaron ingresar al país desde territorio colombiano.
El gobierno de este país impidió que la operación se llevara a cabo ante la molesta presencia de cámaras y periodistas de todo el mundo, que hubieran desmentido el carácter “pacífico” de la acción que esgrimía el gobierno colombiano y la diplomacia estadounidense.
De todos modos, la violencia armada que provocaron los “desertores” y otros grupos en la frontera desmintió trágicamente el “marketing humanitario” que se había intentado imponer con la realización del concierto Aid Live, que organizó supuestamente un despreocupado millonario inglés…que ni siquiera hablaba castellano. Así, evalúa Bloomberg, “el impulso para eliminar a Maduro, que a criterio de EEUU es ‘inevitable’, se está volviendo cada vez más caótico y arriesgado”.
Los cronistas de la agencia norteamericana señalaron que los desaciertos y la espontaneidad profundizan el “riesgo de las acciones que se están produciendo, ya que “las esperanzas de que los comandantes militares abandonen a Maduro, han sido destruidas hasta ahora”, lo que significa que si la crisis inducida por el Departamento de Estado no se define rápidamente -como se piensa que va a ocurrir- “la necesidad de buscar algún tipo de solución militar solo aumentará”.
La derrota que sufrió la iniciativa norteamericana-colombiana en la batalla de la frontera desnudó la inutilidad del “presidente interno”, de carácter casi etéreo, porque la institucionalidad política venezolana se mantiene imperturbable.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cuya fragmentación era el objetivo real de los incidentes fronterizos, demostró que la operación fue fundamentada sobre expectativas infundadas. No iba a producirse ese día el ingreso a Venezuela de “ayuda humanitaria”, sino que era una operación de inteligencia para quebrar a la FANB. Como éstas no se fragmentaron en beneficio de Guaidó el 23 de febrero, la decepción de sus organizadores fue notoria.
Los cronistas de Bloomberg juzgaron que el proceso de desestabilización en Venezuela -que no se detendrá- será, en consecuencia, “largo y desordenado”, lo que significa que de ahora en más tomarán el control los apologistas de la guerra mercenaria, fuera del control y la estrategia norteamericana, tal como el State Department no desea que ocurra.
En este punto, el canal estadounidense cita las reflexiones de diplomáticos europeos y latinoamericanos, que evalúan que Nicolás Maduro no será desalojado del poder y que la conducción del chavismo seguirá manteniéndose “resiliente”, al tiempo que “las sanciones y la presión internacional pueden terminar fortaleciendo su régimen”, por lo que la insistencia del régimen estadounidense en derrocarlos suponen la “urgencia” de la vía armada, aunque ésta se produzca de manera “desordenada”.
Para justificar sus acciones agresivas en Venezuela, la narración norteamericana inventa una supuesta obligación de “proteger” a los venezolanos contra la “crisis humanitaria”, provocada por la “dictadura” chavista.
Pero son necesarias otras acciones para justificar esta posición. Bloomberg destacó al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis almagro, como uno de los principales aliados de la política de EE.UU. en la región. Las operaciones de desestabilización se mantedrán “con la esperanza de que Maduro haga un movimiento que pueda justificar una acción estadounidense más agresiva”.
Con singular sinceridad, Bloomberg coligió que el papel del cuerpo físico de Guaidó se limitará, de ahora en más, a servir de carnada. Su arresto al llegar a Venezuela por violar una orden del Tribunal Supremo de Justicia, que le prohibía salir del país era una de las claves para “mantener el impulso” de la escalada de Washington.
Pero lo más significativo fue que Guaidó, que se preparaba ingenuamente por estos días para relizar una gira por capitales europeas en busca de apoyo, “pero los estadounidenses le dijeron que debía regresar a Venezuela para no perder el impulso que le quedaba”. Es claro que el State Department no quiere competencia…ni a nadie que desobedezca.
Lo mejor que le desea la diplomacia norteamericana a Guaidó es que su encarcelamiento galvanice a sus seguidores y los lance a una lucha sin cuartel convirtiendo su cárcel en propaganda. Pero, si esto no ocurriera, los mercenarios son una buena salida.
Así, Guaidó pasará de ser un “presidente encargado” a un “presidente carnada”, que provoque de tal manera a las autoridades venezolanas -elegidas en comicios democráticos-, que éstas decidan encarcelarlo. El propio Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, advirtió qie la vida de Guaidó corre peligro, ante la posibilidad de que sus mandantes terminen asesinándolo al considerar que serviría mejor muerto -y, en consecuencia, como un símbolo- que vivo y sin poder hacer nada para desgastar al chavismo.
Lo que ocurre es que Guaidó fue siempre una figura menor en la política venezolana y eso no ha cambiado ni ante el surgimiento de su inesperado protagonismo, que lo ha lanzado a ser un elemento más de agitación, impulsado por EE.UU.
El verdadero protagonismo será asumido en poco tiempo por fuerzas mercenarias que se están concentrando en suelo colombiano, para presentarse pronto como una escisión de las FANB y así otorgarle a su accionar el carácter de guerra civil.