El memorándum de entendimiento que firmara la República Argentina con la República Islámica de Irán fue la génesis de toda esta novela. A pesar que todo parezca inconexo y tirado de los pelos, la estadía de Florencia Kirchner en isla de Cuba tiene a esta movida como antecedente inmediato y ya lo explicaremos más abajo.
En 2013 cuando se firmó este acuerdo que luego fuera ratificado por el Congreso argentino pero nunca por el de Irán, la relación con los Estados Unidos de América era ya mala desde lo declarativo pero había -como suele pasar siempre- cables que mantenían vivas tanto las relaciones diplomáticas como las personales en el más alto nivel.
Esas mismas relaciones también se mantuvieron en el tiempo. Y resulta que con el avance de las causas que involucraban a Florencia Kirchner en la presunta asociación ilícita que pasó a conformar el mismo día de la muerte de su padre, los temores de la ex Presidenta se acentuaron hasta el alerta naranja ya que era la única del clan familiar que no tiene fueros.
Más allá del verídico cuadro médico que poseía y posee, y quizás con más razón aún por ello, es que su madre encaró una de las negociaciones que nunca pensó haber tenido que hacer. Noticias Urbanas te lo cuenta.
Es que en 2013, un pedido express y urgente del entonces presidente norteamericano Barack Obama con respecto a la necesidad de que Argentina generara el acuerdo con Irán encontró un rápido eco en la Presidenta argentina. En nuestro país también la velocidad y la improvisación fueron una de las características centrales de la concreción del memorándum.
El pedido norteamericano fue tardíamente reconocido por las instituciones judías como la AMIA y la DAIA que tardaron unos cuantos años en detectar la génesis del memorándum. Y fue allí que la etapa querellante contra Cristina Fernández se cerró para ellos.
Quedaron solos los periodistas Marcelo Longobardi y Alfredo Leuco, quizás porque para ellos la información no llegó nunca, algo muy raro, o no quisieron torcer un tema que convivió largamente con la muerte del fiscal, Alberto Nisman.
Es por eso que cuando Cristina necesitó ayuda de algún amigo “especial” no dudó en discar el teléfono de Obama, ya que ella conocía de la buen relación que une a los Castro con el ex presidente estadounidense. El afroamericano no dudó un segundo en brindarle la ayuda, devolviendo viejos favores. Raúl Castro y el presidente Díaz Canel se encargarán de cumplir el pedido de Obama y el deseo de Cristina, a la que se lo confirmaron personalmente en su estancia en La Habana . Florencia se quedará allí mientras lo necesite porque los amigos están para evitar la grieta cuando acecha lo más importante.
