Cuando parecía que el rompecabezas estaba completo y todas las piezas parecían encajar algo sucedió que hizo que ese rompecabezas no solo quedara incompleto sino que además hay muchas piezas que todavía no encajan. El viernes por la tarde, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dio una conferencia de prensa en donde le daba un cierre final al atentado del jueves a la mañana en el Congreso que le costó la vida a Miguel Yadón y Héctor Olivares. Y habló de un hecho relacionado con un ataque de un clan mafioso por códigos de sangre.
Y la bomba explotó. Porque a eso debe sumarse la declaración de los detenidos, los dos hombres que estaban en el auto y que dispararon contra Yadón y Olivares. Ellos negaron conocer a las víctimas.
Esta declaración destruye la hipótesis oficial de un crimen relacionada con una relación amorosa entre Yadón y la hija de Juan José Fernández. Es más, la hija de Fernández, Stefania que también fue detenida, negó conocer a Yadón.
Entonces, ¿qué pasó?. Según pudo saber Noticias Urbanas, luego de consultar a altas fuentes de la Policía Federal, a Yadón se lo asesinó por ser el ideólogo de la ley anti barras. Olivares fue una víctima casual del hecho. El objetivo era Yadón. Según está línea de investigación, la mano de obra que llevó adelante el hecho contactando a los gitanos, fueron los barrabravas y los ideólogos, los hombres del mundo fútbol, esto quiere decir los dirigentes de algunos clubes y la ¿complicidad? de AFA.
El mensaje fue claro: la ley anti barras no se puede aprobar en el Congreso. Pero hay otro dato que inquieta. Cual fue el papel de Patricia Bullrich en todo esto. Para varios especialistas en seguridad está claro, que el jueves a la mañana la zona que rodea al Congreso estaba liberada.
Pero hay más datos. La ley anti barras bravas viene muy demorada en el Congreso y a pesar de lo que digan públicamente las máximas autoridades de los clubes, hacen más para retrasarla que para que salga.
El proyecto de ley anti barras bravas tuvo en diciembre pasado una aprobación en general casi unánime en la Cámara de Diputados. No obstante, sufrió dilaciones y conflictos en el debate en particular, por lo que debió volver a ser analizado en comisión.
A partir de la apertura de las sesiones, se esperaba un rápido avance en el tratamiento en particular de la norma para que, una vez ajustado, el texto pasara al Senado para su estudio y sanción definitiva. Sin embargo, eso no pasó.
La iniciativa establece penas por portación y tenencia de armas, agresión o intimidación, financiamiento de las barras bravas, reventa de entradas, generación de avalanchas y entorpecimiento de los traslados, además de prever eventuales sanciones para los dirigentes de los clubes.
Justamente, este es uno de los puntos del proyecto que fue cuestionado por directivos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), quienes se manifestaron en defensa de los dirigentes deportivos, al sostener que “son quienes hacen el esfuerzo para que los clubes funcionen en todas las regiones del país”.
Desde el gobierno nacional se insiste para que se apruebe la ley y, en este sentido, el director de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos del Ministerio de Seguridad, Guillermo Madero, afirmó que “la barra brava es un grupo criminal que hay que extirpar como si fuera un tumor”.
Hace mucho tiempo que se habla en contra de estas mafias ligadas al fútbol, pero es sabido que históricamente han estado vinculadas con intereses políticos y sindicales, y obviamente de los propios presidentes de los clubes. En lo cotidiano, estos grupos delictivos están asociados con negocios que les aportan sustento para su despliegue territorial, como reventa de entradas, merchandising, servicios de seguridad, manejo de “trapitos” o puestos de comida ilegales.
Un día antes del asesinato, el día míercoles hubo una reunión en el Congreso para seguir debatiendo el tema de las barras. Ahora, y según los investigadores consultados por NU, no fue casual que el atentado se produjera al día siguiente. Además según las fuentes, el acto de Cristina por el libro que sacó ayudaría a tapar el hecho, ya que lo borraría de los medios cosa que efectivamente pasó.
“Fue un mensaje mafioso para terminar con cualquier intento de aprobar la ley”, le dijeron a este medio.
Los clubes empiezan a estar en la mira, el mundo del fútbol todo está en la mira porque el atentado no cierra y eso lo dijo nada menos que el jefe de la Policía Federal.