El lunes, a través de un comunicado, las Abuelas de Plaza de Mayo informaron que apareció el Nieto 130: Javier Matías Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, que había sido secuestrado unos días antes de la desaparición de su hijo.
Matías había sido desaparecido a los cuatro meses de nacido. Tiempo después, su familia no supo nada más de ellos y el bebé fue dado en adopción. Según el expediente, fue encontrado en la calle por una mujer que lo llevó a la comisaría.
Matías sabe ahora que él era aquel bebé, sabe el nombre de sus padres y pudo conocer a su familia, pero aun tiene muchos huecos que quiere llenar. {El mismo inició una búsqueda: la de la historia de sus padres y la de un posible hermano o hermana, porque su madre estaba embarazada.
“Me resistía a acercarme a Abuelas porque estaba bien con quién era, o eso creía, pero a fines de 2006 entendí que si buscar mi identidad no era tan importante para mí no podía ser tan egoísta porque del otro lado podía haber personas buscándome”, dijo Matías durante la conferencia dada por las Abuelas, en pos de su presentación.
Esta historia comenzó entonces cuando este joven se acercó a la filial de Abuelas de la provincia de Córdoba. Sabía que era adoptado. En su expediente decía que el 27 de diciembre de 1977 había sido encontrado por una mujer que caminaba por la calle, en la intersección de Ramallo y Grecia, a tres cuadras de la ESMA, y cerca de donde esa misma madrugada Elena había sido vista con su bebé por última vez. El niño fue dado en adopción a una familia de Buenos Aires y en 1999 se mudó a Córdoba, donde comenzó su búsqueda.
Hoy, con 41 años de edad, Matías sigue buscando la verdad. “Yo quiero saber la verdad sobre lo que les pasó, quiero saber si tengo un hermano o hermana. No es una necesidad de reconocimiento, es una necesidad de verdad”, explicó en una entrevista con Página 12, a sabiendas que luego del secuestro de sus padres quedan incógnitas por resolver.