Finalmente, la Corte de Estados Unidos tomó una drástica decisión que afecta directamente a Argentina. El máximo tribunal estadounidense no tomó el pedido para que una demanda por la estatización de la compañía YPF se resuelva allí. El fallo condenatorio podría costarle al país u$s 3.000 millones, aproximadamente.
La agencia Bloomberg sostuvo que, de esta manera, Argentina tendrá que pagar esa suma millonaria en el juicio que mantiene con el fondo Burford. Así, el expediente volverá al tribunal de Loretta Preska en el segundo distrito Sur de Nueva York, heredera de Thomas Griesa, verdugo en el juicio que había iniciado anteriormente el “buitre” Paul Singer.
Días atrás Preska aclaró que en la causa no figura como demandante el grupo local Petersen, y que las empresas litigantes con el mismo nombre (Petersen Energía y Petersen Energía Inversora) no tienen que ver actualmente con los exsocios argentinos de la petrolera en los tiempos de Repsol (la familia Eskenazi).