Este martes, el oficialismo presentará en el Congreso un Proyecto de Ley para anular las PASO, ante el temor de que el 11 de agosto las urnas le brinden una derrota al Gobierno y los mercados reaccionen desfavorablemente, alterando el clima de las elecciones del 27 de octubre.
Ya desde hace tiempo, el secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, había afirmado que las PASO son solamente “una gran encuesta nacional muy cara”, ya que “los partidos presentan una lista única y el objetivo de las PASO de dirimir las internas no se produce”.
De todos modos, el funcionario reconoció que “no hay forma de suspender las PASO con un decreto”, por lo que “se debería hacer un acuerdo con todos los partidos y hacer una ley que se apruebe en el Congreso”.
Paralelamente Pérez también debió reconocer que “siempre desde el Gobierno se planteó que había que revisar este proceso” por la razón que “al presentar los partidos una lista única, el objetivo de las PASO de dirimir las internas no se produce y se pierde el sentido de esta elección”.
El secretario evaluó que realizar las elecciones cuesta 10.600 millones de pesos, de los cuales algo más de cuatro mil millones se gastan en las PASO.
El planteo gubernamental va en línea con lo que viene diciendo Pérez desde hace algunos meses. El principal es que no hay en los nueve frentes electorales que se presentaron el sábado competencia interna, ya que todos lograron acuerdos previos para las candidaturas.
El oficialismo espera conseguir el apoyo de los partidos provinciales y del lavagnismo, que deberán sortear la oposición del bloque justicialista, justo en el tiempo en que culminó un proceso de unidad que cohesionó su fuerza, lo que dificultará la negociación.
El peronismo se mostrará contrario a la aprobación del proyecto, por lo que su aprobación se volverá, cuanto menos, dificultosa.