El cinco y el diez de junio se realizaron sendas reuniones del directorio de la Coordinadora Ecológica del Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). Ambos cónclaves arrojaron resultados similares: la solución al problema básico de la empresa -su financiación- aún está lejos de ser resuelto.
Tan lejos está la solución económica de CEAMSE que -tal como ocurrió con las otras- la reunión del lunes último pasó a cuarto intermedio, aunque -a diferencia de las otras- sin fecha esta vez. Lo que ocurre es que una deuda de 100 millones de pesos -como la que mantiene la Ciudad con la Provincia de Buenos Aires- es, en la Argentina del 2002, una matemática de más que complicada solución.
A pesar de que los representantes de la Ciudad no generaron ninguna propuesta que contentara a sus socios bonaerenses, y a pesar de que no hay ninguna solución a la vista, ésta lo mismo aparecerá, no porque algún mago vaya a frotar su vara sino porque existe un único camino para los residuos sólidos urbanos porteños: el que lleva a algún predio -sea cual sea- en jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires.
De todos modos, este fatalismo oriental se ha convertido en un camino plagado de obstáculos, no sólo por la dura situación económica que soportan ambos estados, sino porque no se han resuelto aún algunas difíciles ecuaciones de poder interno que han venido desgastando una relación que nunca fue fácil entre socios obligados a convivir por imperio de las circunstancias.
Las negociaciones siguen abiertas -los celulares de los principales funcionarios de ambos distritos están al rojo-, aunque se sabe positivamente que hasta este viernes no había habido ningún avance hacia una solución.