El defensor del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor concurrió al centro comunitario La Alameda para interiorizarse y tomar nota de los reclamos de las personas que almuerzan y cenan en el lugar, situado en el barrio de Parque Avellaneda.
Falta de viviendas, desalojos, abandono a los sin techo, pensiones en trámite, trabajo tercerizado por el Estado en talleres clandestinos, impunidad en homicidios de tránsito o por un derrumbe en una obra en construcción, nuevos bomberos voluntarios sin cuartel, maltrato policial, deficiente atención del PAMI o de los hospitales públicos, quejas sobre empresas privadas de telefonía o de televisión por cable, el impacto del narcotráfico y el acceso al subte de ancianos, discapacitados y mujeres con bebés fueron las principales problemáticas que surgieron en la charla que brindó Alejandro Amor el defensor del Pueblo de la Ciudad, este viernes 19 de julio en el centro comunitario de la Alameda situado en Directorio 3998, en el barrio Parque Avellaneda, ante un centenar de personas que asistieron este mediodía al comedor para tomar su almuerzo.
Amor dedicó sus primeras palabras a su emoción por volver a La Alameda, que en la época de la dictadura era un lugar de reunión. “Le tengo un cariño especial”, expresó. Después de pedirles a todos que lo llamaran Alejandro a secas, informó que la Defensoría tiene como esencia salir a la calle “porque ahí están los problemas. Es más, para fin de año vamos a llegar a todos los barrios con presencia. Eso es gracias a que establecemos comodato con organizaciones sindicales o barriales que ponen su lugar a disposición”.
Cuando la palabra le tocó al titular de la Alameda, lo primero que planteó Gustavo Vera fue que el centro comunitario tuviera una oficina destinada para la atención de la Defensoría del Pueblo, a lo que Amor respondió positivamente, ante los aplausos de los presentes.
“No es la primera vez que tenemos la presencia de un defensor del pueblo en La Alameda. Alicia Oliveira, Alicia Pierini y ahora Alejandro tienen la impronta, como buenos defensores, de escuchar y estar con los más débiles, con los excluidos y los vulnerables”, reflexionó Vera.
En lo que respecta a las denuncias por los talleres textiles clandestinos y la trata laboral, la Defensoría del Pueblo porteña tuvo un rol protagónico, junto a la Alameda. A punto tal, que la primera causa por trabajo esclavo con sentencia judicial firme se tramitó con los costureros dando testimonio en la Defensoría. “En ese momento no existía ni la ley de Trata”, recordó el titular de La Alameda.
Alejandro Amor pidió a La Alameda que para el próximo censo de las personas sin techo, sus integrantes sean parte de la confección del relevamiento, ya que el gobierno omite que muchos se refugian en “las guardias de los hospitales, como en el Pirovano, donde murió una persona; en los bajo autopista y hasta en los autos abandonados, como fue el caso de Tarzán, del barrio Rodrigo Bueno, que hace años que vive en un auto”, remató.