“Hay un notable aumento de consultas desde el año pasado, y coincide con que países como Argentina y Venezuela están pasando por momentos fuertes o de crisis, con lo que puede haber una relación”, explica Sebastián Polliotto, quien desde hace años se encarga de informar sobre la obtención de la ciudadanía italiana por descendencia.
El aumento de las consultas y trámites en Italia para obtener la ciudadanía italiana va de la mano con la alza en la demanda de visas para pasar temporadas de “trabajo y vacaciones” –las tradicionales work and holiday- en países como Francia, Irlanda, Alemania y Dinamarca, entre otros, que tienen firmados acuerdos con Argentina, y cuyos cupos cada vez se agotan en menor tiempo.
“Recibimos muchas consultas desde Argentina, y van en aumento. Y también recibimos de Colombia, Chile, Peru, Uruguay, pero en menor cantidad. Pero referido a las crisis si, se notó un aumento importante”, agrega Polliotto, quien es la cara visible de 1000 cosas interesantes, una web con información gratuita sobre el proceso de obtención de la ciudadanía italiana en Italia.
Desde hace algunos meses, sin embargo, Italia modificó las leyes para obtención de su ciudadanía en casos de personas nacidas fuera de su territorio. Sobre ello, Polliotto detalla: “Se hicieron modificaciones en las leyes referidas a inmigrantes. Tienen que ver con la obtención de la ciudadanía por matrimonio, donde hay un aumento en el valor de 50 euros y la limitante de que se debe presentar un examen de idioma italiano con un nivel B1, y también aumentó el plazo del tiempo máximo del otorgamiento a cuatro años. Pero todo es para obtener la ciudadanía por matrimonio y residencia, lo cual no influye en nada en cuanto a la obtención por iuri sanguinis, es decir, por descendencia”. En resumen, cualquiera que tenga un antepasado nacido en suelo italiano, puede reclamar su derecho a la ciudadanía italiana.
-¿Por qué crees que se dan estos cambios?
-Por la cantidad de inmigrantes que llegan a Italia a diario desde África, Turquía, Paquistán, Afganistán… llegan muchísimos inmigrantes sin un control. También hay muchos matrimonios pagos para obtener ciudadanías, por eso la idea de Matteo Salvini (N.deR.: propulsor de los cambios) de controlar esto, que no me parece tan errado sabiendo que si bien otorgan la ciudadanía, ahora hay requisitos como el idioma y un tiempo más prolongado de estadía, eso es para controlar un ingreso que hasta ahora estaba un poco descontrolado.
-Uno piensa que con la obtención de la ciudadanía termina todo, pero si la idea es emigrar a Italia o Europa, con la obtención de la ciudadanía comienza todo: ¿Qué consejo darías en ese momento?
-Es cierto que la ciudadanía es el inicio para la vida en Europa para los jóvenes que piensan en quedarse a vivir. Algo importante una vez obtenida es definir lo que se quiere hacer, o al menos dónde hacerlo; conocer el idioma de donde van a estar, no hablar fluido, pero si poder integrarse. Hay que saber que trabajo hay un montón, pero no llegar pensando que van a trabajar como ingenieros, que para eso se precisa un poco más de idioma y experiencia laboral previa, pero pueden hacer absolutamente de todo y cualquier cosa alcanza para poder vivir, ahorrar y hacer un viajecito, pagar un alquiler, todo.
“Nosotros recomendamos desde antes de obtener la ciudadanía, que sabemos que puede tardar dos o tres meses, pero también entre siete u ocho, y ahí es cuando la impaciencia dice presente porque se empieza a terminar la plata y no hay posibilidades de trabajo en negro y uno piensa que se cae todo, que no va a llegar la ciudadanía y que hay que renunciar a todo… nosotros recomendamos saber de antemano que eso puede pasar, que puede haber demoras pero que hay que ser fuertes y pacientes. Es necesario disfrutar del momento, intentar no gastar demasiado, administrarse de la mejor forma posible. Es fundamental ser pacientes, porque a veces cuando llega la ciudadanía la persona ya está desanimada, y se hace difícil seguir”, agrega.
Desde hace cinco años y tal como sucederá durante agosto, Polliotto regresa a Argentina para brindar conferencias en las cuales explica paso a paso del proceso para obtener la ciudadanía: cuándo corresponde, qué papeles se necesitan, cómo conseguirlos, qué hacer con ellos, cómo es el trámite en Italia, dónde y cómo hacerlo, en qué tiempos y con qué costos, y demás vicisitudes que transcurren en tierras italianas.
Sin embargo, hay veces en que pese a toda la información que existe, el mito se impone a la realidad. Polliotto enumera para Noticias Urbanas tres “mitos” en torno a la travesía de lograr la ciudadanía italiana: “Uno tiene que ver con ‘en dos meses la hago’. Y es cierto, puede que salga en dos meses, pero puede que demore mucho más. Hay que estar bien informado y saber que eso puede ser real, como no”.
“Otro mito es el procedimiento: muchos piensan ‘es muy difícil, engorroso, preciso mucha plata, no se puede’. Y no es así. El procedimiento es simple, son cinco pasos sencillos. Pero hay que estar preparado, saber que papeles hacen falta, como llenar los formularios, saber dónde hacer cada paso y demás. Si sabemos eso, los pasos son simples, tenemos registro de más de 300 personas que han obtenido la ciudadanía por su cuenta sin ayuda”.
Y el tercer mito es el idioma. “Para preguntar dónde está el Coliseo es una cosa, pero cuando nos preguntan sobre una rectificación en un acta o por una incongruencia en las fechas es otro tema. Recomendamos que sepan algo de italiano para saber qué nos dicen y poder darse a entender, o que alguien que hable italiano los acompañe”, detalla.
Por último, el autor del libro “Yo también soy italiano” detalla algunos de los servicios que brindan: “El objetivo es informar todo lo que hay que saber para lograr la ciudadanía. Después hay gente que no tiene tiempo o no puede hacerlo y entonces ahí brindamos algunos servicios para que puedan lograrlo. Desde búsquedas de actas hasta armado de carpetas, traducciones, alojamiento o acompañamiento en las etapas del proceso. Incorporamos servicios para cuando están en Italia esperando la ciudadanía y entonces ofrecemos tours dentro y fuera de Italia o alquilar vehículos o contactos con entidades de voluntariados”.