La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal comenzó a armar su esquema postmacrista, a la vista de la adversidad que llegaría en octubre para el oficialismo encarnado en Juntos por el Cambio.
Este viernes, ante la visita de Mauricio Macri al territorio provincial, que bajó casi en soledad a inaugurar el tramo Pilar-Pergamino de la Ruta 8, acompañado por el intendente Javier Martínez, la mandataria eligió huir con rumbo a Mar del Plata para apuntalar a Guillermo Montenegro, uno de sus pocos candidatos a intendente que aún tiene posibilidades de ganar una ciudad importante. Y Mar del Plata es la ciudad más grande la provincia, más grande incluso que La Plata y Bahía Blanca juntos.
El postmacrismo comenzaría auspiciosamente el 27 de octubre para Vidal si su delfín marplatense se impusiera por sobre la camporista Fernanda Raverta. De esta manera, la ciudad balnearia se convertiría -valga la coincidencia- en la cabecera de playa para el regreso de la gobernadora, que se produciría en 2023.
La mandataria llegó el jueves por la noche a Mar del Plata y comenzó inmediatamente a operar el apoyo de la radical Vilma Baragiola -perdedora contra Montenegro en la primaria de Juntos por el Cambio-, sin el cual las posibilidades de éste disminuyen. Luego, en la mañana del viernes, acompañó a su protegido a visitar la guardia del Hospital Especializado Materno-Infantil, dándole un tratamiento casi como intendente alternativo. Es necesario recordar que el actual jefe comunal, Carlos Arroyo, rompió lanzas con el Pro hace un par de años, hasta que el 11 de agosto compitió en las primarias con un sello propio y obtuvo un paupérrimo resultado.
En las primarias, no sólo Vidal fue derrotada, sino que sus intendentes del Gran Buenos Aires, incluidos los de Quilmes, Pilar, Lanús, Tres de Febrero y La Plata perdieron de manera casi irreversible. Alguno de ellos quizás se recupere, pero será difícil que esto ocurra, a no ser que alguno de los ganadores en las primarias del Frente de Todos no lograra conservar los votos de sus rivales. Sólo en San Isidro -Gustavo Posse-; Vicente López -Jorge Macri- y en San Miguel -Jaime Méndez- los jefes comunales de Juntos por el Cambio lograron eludir la derrota.
El Operativo Retorno se producirá entonces, lejos de Macri. Vidal sabe perfectamente que el futuro político de su antiguo jefe es, como mínimo, de difícil recuperación. Por esa razón apuesta a la lejanía, no sólo del jefe del Pro, sino también de su “enemigo íntimo”, Marcos Peña.