En medio del fuerte clima de tensión social que se vive en La Paz, la embajada argentina en Bolivia les denegó ayer el pedido de asilo político a cuatro ex funcionarios del saliente presidente Evo Morales al alegar que “no ameritaba gravedad o una situación de riesgo” y que la sede diplomática carecía de espacio físico para albergar más gente teniendo en cuenta que la Argentina asiló en los últimos días a otros dos ex funcionarios del gobierno boliviano disuelto tras la renuncia de Morales, según escribió el periodista Martín Dinatale para Infobae.
Según confirmaron a ese medio fuentes calificadas de la Cancillería, la decisión de denegar el pedido de asilo a cuatro ex funcionario de Evo Morales la definió el embajador en La Paz, Armando Álvarez García, en consulta con el canciller Jorge Faurie.
“Por razones de secreto de Estado no podemos dar los nombres de los ex funcionarios de Bolivia que pidieron asilo en la embajada argentina. Pero podemos decir que los casos no ameritaban gravedad para el encuadre de asilo y que el edificio de la sede diplomática está colapsado”, detalló un diplomático del palacio San Martín.
Álvarez García no respondió a los llamados que le hizo Infobae y en estos momentos tiene como refugiados al ex ministro de Gobierno de Evo Morales, Carlos Romero, y la ex ministra de Planificación, Mariana Prado.
La decisión de la Argentina de rechazar los cuatro nuevos pedidos de asilo podría generar un enfrentamiento político nuevo de Mauricio Macri con el presidente electo Alberto Fernández. Es que el domingo pasado, cuando se conoció que el presidente de Bolivia había renunciado, Fernández le pidió expresamente a Macri que “proteja y preserve” a los ex funcionarios bolivianos que requieran asilo.
En la reconstrucción del diálogo de Macri y Fernández, la respuesta del Presidente habría sido que aceptaría el asilo “sólo en la medida en que no pidan la detención”. Fernández le habría insistido en la su situación de inseguridad en la que se encuentran ex funcionarios del gobierno de Evo Morales. “Eso es complicado”, respondió a su vez el presidente en ejercicio, que tiene una visión muy diferente de la institucionalidad en el vecino país y no cree, como Fernández, que haya existido un golpe de Estado en Bolivia.
Al parecer, el pedido de asilo que extendieron en las últimas horas los cuatro ex funcionarios de Morales fue presentado de manera informal por terceras personas aunque luego de evaluar los casos se les denegó el pedido. No se dieron mayores detalles, solo se expresó que “el caso no ameritaba gravedad” y que “por una cuestión logística” la embajada carecía de lugar suficiente.
No obstante, cuando Infobae quiso conocer los nombres y cargos de aquellos ex funcionarios de Evo Morales que pidieron asilo a la Argentina no le fue posible tener esos detalles.
La embajada de Argentina en La Paz tiene 10 habitaciones que son ocupadas por el embajador, parte de su personal y por los dos bolivianos asilados en estos días. Pero en las próximas horas llegarán 10 gendarmes que se sumarán a la custodia de la embajada. Hasta ahora sólo hay un policía y tres efectivos de personal de seguridad de una empresa privada. Pero Álvarez García pidió a la Cancillería un refuerzo para proteger la sede diplomática ante el temor de que los manifestantes opositores a Evo Morales ataquen el lugar.
Si bien la salida de Morales a México descomprimió hoy la situación de violencia en las calles de La Paz, el clima enrarecido continúa. Y la situación en la embajada argentina, se informó, es de “tensa calma”. De hecho, empezaron a escasear los alimentos ya que muchos negocios están cerrados.
Fuentes de la Cancillería detallaron a Infobae que “los embajadores están para decir lo que dice el Poder Ejecutivo” y aclararon que “el derecho de asilo no es obligatorio para los Estados sino que es una potestad discrecional que se reserva el Estado de otorgarlo o no”. También destacaron que “el derecho humanitario puede evaluar de acuerdo a la situación de cada particular de ingresar o no un pedido de asilo político”. La Cancillería argentina, al igual que Itamaraty, no tiene la costumbre de publicitar a quiénes se ofrece asilo.
De todas maneras, se supo hoy que en la Cancillería hay una suerte de rebelión interna contra Faurie. Es que el gremio de personal diplomático ISEN, que congrega al 90% de los funcionarios de carrera, emitió un tuit ayer en el que ratificaron la existencia de “un golpe de Estado” en Bolivia, una postura contraria a la de Faurie.