La estrategia de la oposición al Gobierno es una caja de Pandora que puede contener casi a cualquier dirigente importante de Cambiemos dentro de ella. Pero más allá de quiénes integren ese universo, la realidad marca que, aunque aún estamos aún en la etapa post electoral del 2019, ya se pueden sacar algunas conclusiones acerca de los primeros movimientos de algunas de las figuras de la coalición opositora, tras los resultados de diciembre.
Para empezar, nos ocuparemos de lo que puede ser el futuro de Mauricio Macri en la conformación del nuevo esquema opositor que surgirá en la Argentina, que tendrá base ineludiblemente en lo que fue Cambiemos en el gobierno anterior. El ex Presidente tiene algunos temas importantes de los que ya tiene y tendrá que ocuparse y son hechos vinculados con su gestión y la justicia, más que con la construcción de una aventura a dos o cuatro años. Lo cierto es que para mantener la defensa alta en esas causas judiciales, necesitará del oxígeno político que le brinda estar protegido por un espacio al que deberá mantener lo más unido posible y no descender demasiado en la posición de mando que ostenta en el Pro desde su inicio en 2003 (con otro nombre, Compromiso para el Cambio). Difícilmente Macri esté pensando en un regreso, y tampoco los dirigentes de su partido se imaginan ese escenario. Siempre puede haber sorpresas, pero no parece ser esta.
Por otro lado la ex gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fue beneficiada tras la derrota por dos hechos que si bien uno de ellos la tiene como protagonista, en el otro la torpeza ajena le calzó justo para solucionar el problema. Adrede o por casualidad periodística (algo bastante raro), la relación sentimental que une a Vidal con Enrique Sacco, la transformó repentinamente de una Heidi perdedora por paliza en las elecciones a una estrella de las revistas del corazón, protagonizando una de las historias más resonantes del verano. Y lavadora de imagen, con lo que nadie más habló de ella en términos políticos. Hasta Kiciloff comprobó que no va por ahí el negocio, más bien todo lo contrario.
La nueva Vidal, que ya está recorriendo a la tropa propia y lugares que supo frecuentar como gobernadora, ya no será nunca como la que fue. Le podían criticar su lealtad a Macri y esa crítica (real) ya se la cobraron, la dejaron viva y hoy se encuentra pispeando el escenario que viene. El otro tema es que a Vidal se le planteaba una dificultad concreta para mantener la tropa unida, pero la rigidez y sobre todo la poca generosidad de Axel Kiciloff en encontrar ciertos acuerdos a través de algunos lugares reservados a la oposición históricamente y también en la Legislatura provincial, le permitió seguir conduciendo a casi la totalidad de sus dirigentes. Si Kiciloff hubiera sido más “pillo” o inteligente, le hubiera birlado con el tiempo muchos cuadros radicales y del Pro, en el caso que estos hubieran sido incluidos de entrada con la derrota aún fresca en el gobierno provincial o sus entes.
Por último, Horacio Rodríguez Larreta es el único presidenciable, si bien no declarado de manera pública por razones obvias, nadie duda de su aspiración a la primera magistratura habida cuenta que le es imposible repetir mandato en la Ciudad. Es quien tiene desde el Pro la mejor relación con los políticos más relevantes que quedaron de pie en la anterior gestión, por nombrar algunos de los pesados, Rogelio Frigerio o Emilio Monzó. También goza de una sociedad con Vidal con quien puede atender el área metropolitana con cierta expectativa positiva en los votos y además por si fuera poco, hasta el propio Sergio Massa siempre estuvo cerca en el radar de ambos a la hora de buscar amigos. No es poco para empezar.
No es esto lo único que existe políticamente en el espacio opositor, es cierto pero si, salvo el caso de Mauricio Macri que será mantenido siempre como figura mientras necesite defender intereses propios o familiares, Rodríguez Larreta y en menor medida Vidal, parecen dispuestos a liderar ya para 2021 las elecciones cruciales. Mientras que Larreta deberá lidiar con Martin Lousteau (aunque hoy sean buenos aliados) y los amigos radicales, Vidal parece tener el camino más despejado, ya que nadie pudo sacar los pies del plato en la escena provincial. Cornejo y compañía, a nivel nacional quedan para futuras columnas. Pero difícilmente pasen victoriosos unas PASO con estos jugadores.
