El secretario general Luis Almagro fue reelecto al frente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para elperíodo 2020-2025 por 23 votos a favor y 10 en contra. Se disputaba el cargo con la exministra de Relaciones Exteriores de Ecuador, María Fernanda Espinosa, quién no era sostenida por su país, sino que había sido motorizada por una alianza entre Alberto Fernández y Alfonso Manuel Lopez Obrador, quiénes cosecharon una dura derrota a manos de Donald Trump.
Este resultado, entre otras cosas da por terminada la aventura de Gustavo Béliz hacia la presidencia del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), entidad fundamental dada la necesidad del continente latinoamericano en esta etapa, más ahora con la pandemia del COVID-19 haciendo aún más daño en las reservas y deuda de cada uno de sus integrantes.
El músculo político, con un intenso lobby, por parte de los Estados Unidos terminó por brindar un resultado contundente en favor del uruguayo, siendo Almagro el ariete más importante en la embestida norteamericana contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, tema que separó en dos aguas a los países de la región.
La candidatura del uruguayo había sido lanzada por Colombia, ya que el expresidente Tabaré Vázquez había dicho que no apoyaría su relección por considerar que “ha perdido las condiciones para ser secretario general” y lo acusó de fomentar la confrontación en vez del diálogo. Sin embargo, con la presidencia del conservador Luis Lacalle Pou, Uruguay ha tenido un cambio de postura con respecto a Almagro.
Varios países, entre ellos la Argentina, habían instado a postergar la elección considerando la pandemia de coronavirus. En Washington, donde está la sede central de la OEA, se recomendó no organizar reuniones con más de 50 personas, sin embargo, las elecciones se desarrollaron de acuerdo al cronograma pactado.
La situación de Venezuela jugó un factor clave debido a la polarizarión que produce al interior del organismo. Almagro atacó de manera poco prolija en la gestión que finaliza al gobierno de Nicolás Maduro, mientras que Espinosa, ex ministra del gobierno de Rafael Correa, estuvo vinculada con Hugo Chávez y se mantuvo cercana al régimen de Venezuela, aunque ahora con mayor distancia.
