Jonathan Beckett, ejecutivo de la empresa británica de alquiler de yates Burgess, confirmó el pasado domingo a The Telegraph que la demanda de sus servicios ha aumentado desde el inicio de la pandemia.
“La gente está buscando maneras de capear la tormenta y un yate en un clima agradable no es un mal lugar para aislarse”, afirmó Beckett, cuya empresa fleta las naves por entre 53.000 dólares y 1,1 millones de dólares por semana.
El ejecutivo señaló que actualmente los clientes reservan las naves para varios meses. “Una familia ha alquilado un yate durante nueve semanas, y también hemos tenido dos reservas a largo plazo para yates de 39 y 70 metros. Los clientes hacen las gestiones para que sus hijos reciban educación a bordo, con lecciones de cocina del chef del yate y pasando tiempo con la tripulación en la sala de máquinas para aprender tecnología”, indicó el empresario, que resaltó el aumento del interés por destinaciones remotas como Alaska, las islas del Pacífico y el sur de Chile.
Esa tendencia se observa también en EE.UU., donde los superricos consideran que el mejor modo de garantizar el distanciamiento social es estar en un barco, informa Hollywood Reporter.
“La gente de repente comenzó a pedirme que alquilara yates. […] Están tan preocupados por el virus que sienten que el lugar más seguro es alta mar”, cita el diario a Katie Provinziano, directora gerente de la empresa Westside Nannies, de Los Ángeles.