Según relataron fuentes cercanas al Presidente, Alberto estaba en la Quinta de Olivos preparando la audiencia que tenía programada con la cúpula de la Cámara Argentina de Comercio cuando, de pronto, prendió el televisor y vio cómo miles de jubilados, pensionados, acompañantes, mujeres y niños se exponían en medio de una pandemia de coronavirus.
Enfurecido, tomó el teléfono y llamó de inmediato al presidente del Banco Central Miguel Pesce. En esa conversación, le ordenó que dispusiera que las entidades abran sus puertas este fin de semana para atender la demanda de jubilados y beneficiarios de asignaciones.
La intervención directa del Presidente sirvió para evitar cualquier obstáculo que pusiera en duda esa medida, como una eventual resistencia del gremio de La Bancaria a ampliar la atención al público. Pero al mismo tiempo dejó en evidencia el enojo que hay en el Gobierno con la falta de previsión por parte del Banco Central.
Luego de que Pesce cortara la comunicación, se puso a redactar una resolución que ordenaba la apertura de bancos durante el próximo fin de semana, en su horario habitual según la jurisdicción, para el pago de jubilaciones, pensiones y asignaciones sociales de la Anses a aquellas personas que no cuenten con tarjeta de débito.
La medida extraordinaria también alcanza a beneficiarios de prestaciones, planes o programas de ayuda abonados por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), como el ingreso familiar de emergencia a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y por Embarazo.
El objetivo, que apunta a las personas que no cuentan con el plástico para poder cobrar sus haberes previsionales o beneficios por cajero automático, es evitar la acumulación de personas y cumplir así con las prescripciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en todo el país para mitigar la propagación del coronavirus.
Este viernes, los bancos abrieron sus puertas al público por primera vez desde que se decretó la cuarentena obligatoria, pero con la atención restringida a las personas que no cuentan con tarjeta de débito.
Sin embargo, hoy muchas de las sucursales bancarias de algunas localidades del pais tuvieron problemas para mantener un “estricto cumplimiento” de las normas de aislamiento social por el coronavirus, debido a la cantidad de gente que acudió a las mismas.