De bajísimo perfil, la senadora Alicia Kirchner, se mostró públicamente esta semana en un acto porteño en Parque Norte, en el que habló junto con el ministro Julio De Vido y el secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, líder de la agrupación Compromiso K. El acto, en el que la hermana presidencial atacó a Roberto Lavagna, es parte de la estrategia de la agrupación pingüina en la Ciudad.
Pero, ¿qué rol político y personal ocupa la hermana del Presidente en el universo K y en esta agrupación pingüina, que pretende hacer pie en Buenos Aires?
Antes de arrancar, digamos que Alicia es la hermana mayor de Kirchner. Está divorciada y tiene dos hijas, fruto de su casamiento con un ex sindicalista del SUPE y actual integrante de Compromiso K, apodado “Bombón” Mercado. El ex marido de Alicia, con quien la senadora sigue manteniendo diálogo, aporta a la agrupación pingüina en Catamarca, de donde es oriundo.
Alicia es la mayor de los tres hermanos K –la menor es una ignota hermana presidencial, también llamada Cristina, igual que su cuñada- y tiene una relación simbiótica con el santacruceño, al punto que lo acompañó durante toda su gestión provincial, desde que fue electo intendente en Río Gallegos, en 1987. Sigue al pie de la letra la Biblia K en muchos aspectos, pero sobre todo en su relación con la prensa. Cultiva la fobia periodística puntualmente y, como es fácil imaginar, jamás dio una entrevista. “La senadora habla a través de su trabajo”, argumenta su vocero en el Senado.
Si hay algo en el coinciden todas las fuentes consultadas es que la hermana del Presidente es una “obsesiva” del trabajo –vale aclarar: toda su vida trabajó en el tema social y tiene un doctorado en su área- y “está acostumbrada a meter los pies en el barro”. En eso coinciden hasta sus más críticos adversarios.
Quizá por eso, la frase que le dedicó a Lavagna, en su inusual discurso de Parque Norte fue: “Nos interesa la gente que tiene contacto con la realidad y no los currículum exitosos a lo Harvard", universidad de la que Lavagna fue investigador asociado, en 1995. Pocos días antes, su hermano, también en alusión a su flamante opositor, había llamado a "ponerles realismo" a los economistas, a quienes invitó a que "pisen el barro".
MARGARITAS Y MARGARITOS
Alicia, cuyo segundo nombre es Margarita, tiene un enorme parecido físico con su hermano. A tal punto que, cuando en 1995 -durante la primera gobernación de Kirchner-, compitió como candidata a intendenta de Río Gallegos (por pedido del santacruceño), la campaña en las calles no se hizo con su cara sino con afiches repletos de margaritas. Pese al esfuerzo creativo, Alicia perdió la elección en su ciudad y desde entonces se dedica a la tarea que más le gusta: la ayuda social.
“Alicia siempre tuvo un rol clave en el armado territorial de su hermano -describe un dirigente de la oposición santacruceña-. Su papel fue y es decisivo para la cooptación de personas, con una clara diferenciación entre amigos y enemigos, a través de los inagotables fondos del Ministerio de Asuntos Sociales (MAS), en la provincia, y ahora en la estructura de Desarrollo Social, que sigue manejando”.
Alicia Margarita K siempre manejó una “enorme red de punteros”, asegura este dirigente pingüino, en el que los K podían “pescar a sus anchas”. Y remata: “Alicia es un engranaje clave para el desarrollo del clientelismo, que siempre se ejecutó puntualmente”.
Más aún: desde esa estructura, la de Desarrollo Social, que efectivamente Alicia K sigue manejando, hay varios funcionarios -que le responden, claro- y que se presentarán como candidatos a intendente en el conurbano.
Los que declararon ya sus intenciones, a quienes apodan “los margaritos” por su grado de lealtad a la jefa K, son: el viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, que peleará por la intendencia de Vicente López; el secretario de Comunicaciones de la misma cartera, Fernando Gray, que disputará el distrito de Esteban Echeverría; el secretario de Gestión y Articulación Institucional, Carlos Castagnetto, que aspira a ganar en La Plata, y el secretario coordinador del plan Manos a la Obra, Mariano Cascallares, que apunta a liderar la comuna de Almirante Brown.
Los “margaritos” también parecen haber calcado el modo proselitista de Alicia, ya que van construyendo su postulación desde el manejo de programas sociales o alimentarios, hasta la exposición de conferencias o la presencia en actos para cortar cintas y acompañar al ministro Juan Carlos Nadalich, delfín de la ex ministra.
Quienes la conocen, aseguran que -también fiel al estilo K- cultiva un trato duro con sus subordinados. Un ex colaborador cuenta que, en una oportunidad, para avisarle al ministro Nadalich que debía acompañarlo a una reunión, lo retó en público: “¿Vos sos o te hacés?”, le lanzó, en medio de varios colaboradores.
"Pagamos la deuda al FMI y en dos años hicimos lo que no se hizo en dos décadas, bajo el nivel de desempleo, pero no estamos felices, hay que seguir trabajando", remató Alicia K en Parque Norte la última semana. Como si fuera un auténtico clon femenino del hermano Presidente.