El mundo entero espera la fabricación de la vacuna contra el Covid-19 para reactivarse tras meses de confinamiento consecuente de la pandemia de coronavirus. El aislamiento social obligatorio y preventivo, el cierre de fronteras, la pérdida incalculable en términos monetarios de las naciones son medidas que, de extenderse, podrían traer al mundo complicaciones irreparables. También irreparable es el saldo de más de 250 mil muertes alrededor del globo a causa de esta enfermedad, que seguirá cobrando vidas.
Por eso, el asesinato de Bing Liu ocurrido el pasado sábado, el científico de la Universidad de Pittsburgh que se encontraba en Ross, un pueblo ubicado en el estado de Pensilvania (Estados Unidos), a punto de realizar “hallazgos muy significativos” en la creación de la vacuna contra el Covid-19, ha hecho retrotraer las esperanzas de una pronta recuperación del mundo.
El responsable del crimen fue identificado por la Policía como Hao Gu, de 47 años, quien se suicidó tras dispararle a Liu en la cabeza, el cuello y las extremidades. Su cadáver fue encontrado en su propio auto.
Desde la universidad lamentaron la tragedia en un comunicado compartido en su página oficial, firmado por Ivet Bahar, jefe del departamento de biología computacional y de sistemas en dicha facultad: “Con profunda tristeza y conmoción nos enteramos del prematuro fallecimiento de Bing Liu, profesor asistente de investigación”.
Respecto a la investigación que estaba realizando sobre el nuevo coronavirus, la Universidad afirmó:
“Bing estuvo a punto de hacer hallazgos muy significativos para comprender los mecanismos celulares que subyacen a la infección y la base celular de sus siguientes complicaciones”.
La policía local no ha revelado el posible motivo del homicidio, pero informaron de que no se robó nada de la casa y que no la entrada no había sido forzada.
La incógnita es completa, ya que el sargento de policía de Ross, Brian Kohlhepp, explicó que los dos hombres se conocían pero no dieron más detalles de su relación. Declinó hacer comentarios sobre un posible motivo, pero dijo que no se está investigando a ningún otro sospechoso. Kohlhepp aseguró hay “cero indicios de que fuera un objetivo debido a que Liu era chino”.
Liu tenía las puertas del patio delantero y trasero de su casa abiertas en el momento en que fue asesinado porque el clima era agradable. Su esposa no estaba en casa en el momento del tiroteo. La esposa de Bahar contó que la pareja no tenía hijos y que Liu era hijo único. Sus dos padres vivían en China.
La universidad intentará ahora retomar su trabajo en la investigación.