Entre el viernes y el sábado, se espera que el Gobierno Nacional, en conjunto con Ciudad y Provincia, comunique la extensión de la cuarentena para contener el coronavirus por 2 semanas, hasta el 8 de junio. De esta manera, el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que se inició el 20 de marzo para mitigar el impacto de la pandemia de Covid-19, se extenderá por 14 días más, sumando un total de 80 días.
Hay dos evidentes razones que suele dejar entrever el Gobierno para seguir extendiendo el aislamiento: primero la premisa que mantienen desde el inicio de la pandemia de priorizar lo sanitario ya que es lo más importante y que los cantidad de casos a nivel nacional como local no para de crecer y cada día se rompe un nuevo récord.
De los 438 nuevos casos detectados este último martes, 224 se confirmaron en la ciudad de Buenos Aires y 157 en la provincia de Buenos Aires, distritos que aglutinan el 73,6 por ciento de los casos en el país. Los dos distritos concentran de esta forma más del 90% de los casos y continuarían con las mismas medidas de aislamiento, según el deseo del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
En la Ciudad esperan el pico de contagios para dentro de dos semanas. Larreta analiza dar marcha atrás con las salidas recreativas para chicos y con algunas excepciones; pero primero quiere tener los números que reflejen la incidencia de la relajación de la cuarentena que avaló el Presidente.
En la provincia, ya se levantaron restricciones en poblaciones de menos de 500.000 habitantes, aunque el gobernador Kicillof sostiene que seguirán los “controles estrictos” y que volver a la normalidad podría ser “un suicidio”.
Las provincias de Córdoba y Chaco son otros distritos que tampoco logran frenar al coronavirus, y, de hecho, la capital cordobesa se convirtió en la primera ciudad que puso marcha atrás en la apertura de actividades ante un preocupante aumento de contagios. Mientras tanto, el resto de las provincias del país, en general, ha logrado limitar la curva de contagios y esperan ver si el gobierno las habilita a pasar de esta cuarta fase de la cuarentena a una quinta con más flexibilizaciones a partir del 24 de mayo.
“Aquellos países que fueron más flexibles con la cuarentena tienen los mismos resultados económicos que aquellos que hicieron la cuarentena, porque el problema no es nuestro, el problema es del mundo, es global. Si vamos a tener todos ese resultado económico debemos priorizar la vida y la salud de la gente”, señaló el mandatario este martes, aunque ya lo viene repitiendo en el último tiempo, dejando en claro que la economía pasa por un segundo plano.
Con esta idea como bandera, recibe un apoyo prácticamente unánime de gobernadores e intendentes de todos los espacios políticos, solo recibe críticas por parte de la oposición del Congreso o por fuera de los dirigentes que tienen responsabilidades sobre algún territorio, que lo cuestionan marcando que la cuarentena perjudica a la economía. De hecho, el nivel de actividad puede caer este año en el país hasta un 6,5 por ciento dijo en abril la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
“No es, como algún tonto repite, que nos enamoramos de la cuarentena”, manifestó. “Nosotros, los argentinos, entendimos el riesgo, tuvimos en cada gobernador el líder necesario para impulsar que la gente se quedara en sus casas, tuvimos en cada dirigente sindical el dirigente exacto para explicar el porqué de la necesidad de resguardarse, en cada intendente la persona indicada para que la gente respete todo esto”, manifestó.
Para afrontar el colapso del sistema sanitario ante una explosión de contagios, el Estado amplió su capacidad de respuesta en la batalla contra el nuevo coronavirus con la puesta a punto de 12 hospitales modulares de emergencia, instalados a lo largo del país. La iniciativa, que supuso un desembolso de 1.894 millones de pesos, agregó 840 camas de emergencia e internación al sistema sanitario.