El Gobierno de Alberto Fernández decidió que no pagará el vencimiento de la deuda de 503 millones de dólares, por lo que el país caerá en default. Sin embargo, prorrogará hasta el 2 de junio inclusive la negociación con los bonistas, con la intención de corregir la oferta original para llegar a un acuerdo.
Desde el Poder Ejecutivo relativizaron el impacto de una nueva cesación de pagos y el jefe de Estado consideró que, en realidad, el país se encuentra en default “desde antes de diciembre”.
En los últimos días hubo un acercamiento entre las posiciones del Ministerio de Economía, comandado por Martín Guzmán, y los principales grupos de acreedores. Los fondos de inversión realizaron tres contraofertas que fueron bien consideradas en el equipo económico, aunque todavía no es suficiente como para lograr un acuerdo definitivo.
“La Argentina y sus asesores pretenden aprovechar esta extensión para continuar con las discusiones y permitirles a los inversores continuar contribuyendo con una reestructuración de deuda exitosa”, aseguró en un comunicado el Palacio de Hacienda.
El default de este viernes, de confirmarse, es considerado un “default blando”, ya que las negociaciones entre el gobierno y sus acreedores para llegar a un acuerdo continúan.
A última hora del jueves, el gobierno argentino informó de una prórroga hasta el 2 de junio del plazo para que los acreedores adhieran a su propuesta de canje de bonos por unos 66.000 millones de dólares de deuda emitida en dólares bajo jurisdicción extranjera, que inicialmente vencía este 22 de mayo.
Se da por descontado que el pago de los tres bonos que vencen este viernes, denominados 2021, 2026 y 2046, no se hará, ya que el gobierno los incluyó dentro de su plan de reestructuración.
Es que el Gobierno argentino ha expuesto que prevalecerá la salud de las y los argentinos en el contexto de pandemia antes que la economía, para la cual “ya habrá tiempo de recuperarse”.