El programa de ayudas salariales ATP tiene un requisito particular que está excluyendo casi a la mitad de las pymes. Para poder ser beneficiario, el gobierno exige una caída de la facturación en términos nominales o, como máximo, una suba del 5% entre 2019 y 2020. Y sólo permite un alza de la facturación del 5% en términos nominales, lo que representa una caída real del 30%.
De esta manera, si una firma registra un 6% más de ingresos respecto al año anterior queda afuera del auxilio estatal a pesar de que sus números manifiestan una situación alarmante en la que, en verdad, su facturación se desplomó un 28,5% en términos reales.
A su vez, en muchos rubros la facturación no se corresponde con el mes en curso y mucho menos la cobranza, sobre todo en épocas de crisis como la actual.
El problema es que al no considerar la inflación -que en marzo rozó el 50% a nivel interanual (48,6%)-, se requiere una contracción en términos reales en torno al 30%.
“Tuvimos una inflación del 50%, con lo cual es muy preocupante que no se tome en cuenta. De 440 mil pymes, 200 mil se quedaron afuera y la gran mayoría fue por ese caso”, indicó a LPO el presidente de CGERA, Marcelo Fernández.
Las entidades que nuclean a la pymes ya llevaron sus reclamos al Gobierno, pero hasta ahora no hay una solución.
Si este tema no se arregla la posibilidad de que quiebren comercios es muy grande.