Igual que en toda el área metropolitana, la amenaza del Coronavirus pende sobre La Matanza, el distrito más populoso de la Argentina, con sus 2,4 millones de habitantes en más de una vez y media la superficie de la Capital Federal.
La “quinta provincia” en habitantes, si bien es el distrito bonaerense con mayor número de contagiados totales, más de 600 hasta hoy, tiene solamente 27 casos cada 100 mil habitantes, por debajo de la media del conurbano.
Desde que los casos en Villa Azul e Itatí (en Quilmes y Avellaneda) se dispararon, el foco se puso en las villas de todo el conurbano y La Matanza tiene 114 villas, barrios populares y asentamientos, en los que viven 220 mil personas, en la amplia geografía matancera que va desde la urbana San Justo hasta zonas rurales de Virrey del Pino donde se extienden los sembradíos de soja.
Por como viene la propagación del Covid-19, la preocupación principal está puesto en las villas del primer cordón, las localidades más pegadas a la Ciudad. “Claramente ya hay circulación comunitaria, y los peores días están por venir”, dicen en ese territorio.
Voceros del municipio que gobierna el peronista Fernando Espinoza, precisaron que cuentan con 350 camas de terapia intensiva a la que sumarán otro centenar cuando abra el hospital Favaloro; hay 2.056 camas de internación de alta complejidad entre el sector público y privado más otras 4 mil de aislamiento montadas en la emergencia.
Espinoza estuvo el viernes en el barrio San Alberto de Isidro Casanova en uno de los testeos masivos del plan Detectar, casa por casa. Dijo que de 5 mil personas relevadas solo hubo 8 casos sospechosos, de los cuales 4 dieron negativos.
Aunque Espinoza se muestra optimista,y la “curva aplanada” permitió concretar la semana pasada la reapertura de 53 fábricas grandes y medianas, no todos en la oposición piensan igual.
En la política matancera nadie desmiente la inquietud por el barrio Puerta de Hierro, en San Justo y uno de los más vulnerables del conurbano, como candidato a un cierre similar al de Villa Azul. Allí viven unas 320 familias según el Renabap. Alderete no se muestra a favor o en contra de los cierres sino que afirma que ninguna medida de aislamiento debe tomarse “sin el barrio y sin los vecinos”.
La Matanza picó en punta en pedir ayuda a las Fuerzas Armadas, junto con Quilmes. Espinoza gestionó el desembarco del Ejército, a fines de marzo. Son 111 efectivos, en un operativo alimentario por el cual cocinan en 7 cocinas de campaña y reparten 24 mil raciones diarias. El municipio también celebró la llegada de 250 gendarmes para fortalecer la seguridad.
Desde el municipio defienden que 65% del distrito tiene cloacas y más del 90%, acceso a red de agua potable y aseguran que si la cosa no explotó es porque se hizo “mucha prevención” y de entrada un seguimiento exhaustivo de los casos de Covid-19 importados. También aceptan que la cuarentena se cumple según el lugar, porque “la gente vive día a día”. Oficialismo y oposición cruzan los dedos esperando que el supervirus no deje su marca en ese territorio.