Luego de que la muerte de Ramona Medina se convirtiera en un emblema de la lucha de los vecinos y vecinas de la Villa 31 de Retiro ante el avance del coronavirus en los barrios populares porteños, ahora la postal se repite en la Villa 21-24 de Retiro. Ramona Collante falleció sin llegar al hospital, tras esperar dos horas una ambulancia. El hisopado post-mortem determinó que tenía Covid-19.
“Ramona falleció por la indiferencia del Estado. El sábado entró la ambulancia, le dijeron que no había condiciones para el traslado. Al día siguiente, volvieron a llamar al SAME, Ramona estaba sin vida. Tenía coronavirus. Nunca llegó al hospital”, informaron desde la Junta Vecinal de la Villa 21-24.
El cura villero Lorenzo “Toto” de Vedia, a través de la organización villera La Poderosa, contó que “el hisopado post-mortem de Ramona Collante, nuestra vecina, dio positivo. El viernes llegó el S.A.M.E y le dieron paracetamol. Al otro día, tardaron 2 horas y llegaron cuando había fallecido”. Y agregó: “La familia está muy triste y desesperada, siente que fue abandono de persona; el médico tendría que haber notado los síntomas que presentaba y el sistema de salud debería atender en el hospital a cualquier caso riesgoso que lo necesite”.
Ramona Collante “venía con problemas de salud antes de la cuarentena; los jóvenes de la parroquia le llevaban la comida a su casa. En la última semana empezó a tener dificultades respiratorias y si el SAME hubiera llegado en 15 minutos como es recomendable, tal vez sería otra historia”, planteó De Vedia. “Esta situación es un nuevo llamado de atención a la desidia reiterada: el Gobierno de la Ciudad debe cumplir con las obligaciones de su gestión. No puede ser que las ambulancias no lleguen a tiempo ni que haya obras pendientes cuando el agua es insuficiente y los cortes son recurrentes”, denunció.