Quizás la carta más fuerte de la última reestructuración del gobierno que dispuso Aníbal Ibarra, fue la creación de la secretaría de Gobierno y Control Comunal, que tiene como particularidad la concentración del poder de policía administrativo de la Ciudad. Esto desató un debate en el seno de la sociedad y también en la Legislatura porteña acerca de la conveniencia o no de la medida.
"Puede ser la solución si se encara con una fortísima decisión política o una super silla eléctrica si no se la maneja con una alta capacidad de gestión y destreza operativa" analiza Héctor "Tom" Costanzo (UCR), un conocedor a fondo de los problemas de la ciudad.
"El argentino es bueno, pero si se lo controla mejor" continuó Costanzo parafraseando al general Perón, y sabedor de los manejos turbios enquistados en las propias estructuras municipales desde hace ya mucho tiempo. Pero el problema "no se agota en eso, hay que saber manejar la calle con todo lo que ello implica" deja flotando.
No se queja de que el bloque radical se enteró por los medios de las decisiones ya que "el jefe de Gobierno no tiene por qué consultarnos" en una clara aceptación de lo difícil que está la convivencia en la coalición gobernante. "Puede ser que alguno de los nuestros lo supiera" pero a título personal en lo que pareció una alusión al diputado Cristian Caram, hoy por hoy, el hombre más cercano a Ibarra dentro de las huestes radicales.
Pero, sin apresurarse a cuestionar nada, sembró la duda de su conciencia política y remató con otra frase del general: "al rengo hay que verlo caminar".