El Gobierno porteño y la Municipalidad de Avellaneda firmaron hace pocos días un convenio, por el cual la Capital cederá e instalará un puente giratorio -que actualmente está instalado en la calle Viamonte, en Puerto Madero- sobre el Riachuelo, que comunicará a Barracas con Villa Tranquila.
La obra consistiría en instalar sobre el Riachuelo dos tramos fijos y uno giratorio, para permitir el paso de naves sobre esta vía acuática.
De todos modos, surgirían algunos problemas si esta obra se realizara, que deberían ser tenidos en cuenta. Antes que nada, la estructura del histórico Puente Viamonte data de 1896 y fue construida con chapas de acero remachadas. Este puente fue sucesivamente reparado hasta nuestros días en tantas ocasiones que se considera que superó largamente su período de vida útil por fatiga, corrosión y creep, entre otros puntos.
Para asegurar el funcionamiento de este venerable puente giratorio habría que reconstruirlo todo, eliminando los remaches y reemplazándolos por soldaduras especiales, lo que es una tarea que mucho más onerosa que construir uno nuevo.
Por otra parte, la estructura que se instalará tiene unos 49 metros de longitud y pesa unas 90 toneladas. Además tiene su punto de rotación a 24 metros de uno de sus extremos, por lo que dejaría un paso útil a las naves de sólo 25 metros, en un lugar en el que el Riachuelo tiene 90 metros de ancho.
Esto implica que habría que instalar al menos tres soportes o columnas clavadas en el río y la central -que sería en la que se apoyaría el sistema hidráulico de elevación y giro- debería poseer al menos tres metros de ancho, a causa de las dimensiones de éste. Por si esto fuera poco, el accionamiento de elevación y giro del puente funciona mediante una bomba hidráulica helicoidal, de costoso y delicado mantenimiento, desaconsejable para estos tiempos.
Además, esta instalación -por la que pasarían camiones de gran porte- generará un importante freno al escurrimiento del Riachuelo, agravando el problema de inundaciones aguas arriba, que se resuelve quitando obstáculos y no agregándolos, tal cual establecen todos los planes de solución elaborados hasta hoy.
Según el Gobierno, la instalación de esa estructura costará, sin tener en cuenta las eventuales reparaciones que haya que hacerle a esta estructura decimonónica, dos millones y medio de pesos, es decir que no es posible calcular el costo final de la obra hasta no saber los problemas que habrá que resolver.
