En el marco de la pandemia mundial por el coronavirus, que brinda un panorama inusual en sus calles, La Boca cumplió el domingo 150 años de vida y sus vecinos y las fuerzas vivas del barrio festejaron con un homenaje en la Plaza de Los Suspiros, en la esquina del tradicional Caminito, donde protocolos mediante, descubrieron una placa de mármol, entonaron las estrofas del himno nacional y escucharon la clásica sirena emanada por un camión de los bomberos voluntarios, que también se extendió como un mensaje a la distancia para los oídos de tantos boquenses que hubiesen querido formar parte de la actividad y el virus lo impidió.
El 23 de agosto de 1870 alcanzó su propia autonomía al crearse el Juzgado de Paz de “La Boca del Riachuelo”, designándose como juez a don Sebastián Casares; por dicho motivo y en virtud del proyecto impulsado por el entonces legislador José Palmiotti el Gobierno porteño instituyó a esa fecha como el “Día de La Boca” por la ley 944, sancionada el 5 de diciembre de 2002 por la Legislatura de la Ciudad.
El acto contó con representantes del Museo Benito Quinquela Martín, la Fundación Andreani, los Bomberos Voluntarios de Vuelta de Rocha, la Fundación PROA, la Mutual de ex jugadores de Boca Juniors y de los comerciantes de la zona además de un grupo de vecinos.
Todo surgió durante la segunda mitad del siglo XIX: El fútbol y sus dos grandes y más populares escuadras River Plate – que se mudó de barrio- y Boca Juniors que sigue reinando al latido de la Bombonera de la Ribera; la típica gastronomía xeneize; la pizza de cancha, el fainá, los strascinatti al pesto que hicieron las delicias de propios y extraños; los carnavales con sus murgas y las fiestas religiosas; Caminito y su teatro al aire libre y las cantinas de la calle Necochea, forman parte de su historia.
Y desde aquel margen del Riachuelo, en medio de casas de madera y chapa se convirtió en el barrio de mayor nombradía de Buenos Aires y Argentina en todo el mundo, que dio lugar a la pintura y las bellas artes en general de la mano, entre tantos, de Benito Quinquela Martín o Fortunato Lacámera; el tango con Juan de Dios Filiberto o Francisco Canaro y el mítico dúo Gardel-Razzano, en Olavarría y Brown.
El fútbol con centenares de jugadores del club Boca Juniors y la clásica Bombonera, con los colores azul y oro, son otra parte de la historia del barrio. Indudablemente Diego Armando Maradona se convirtió en su embajador más reconocido mundialmente para la institución pero también para el propio barrio.
“La Boca es pasión, alegría, solidaridad, fraternidad”, señaló en representación de los vecinos José Palmiotti, que como muchos nació, se crió y vive en el barrio. Forman parte de descendientes de inmigrantes italianos que arribaron a ese rincón de la Ciudad para dar el puntapié inicial y la identidad a lo que hoy es La Boca. Durante el acto se recordó además que desde hace 20 años (por las obras realizadas) las inundaciones que castigaban a la zona son un triste recuerdo. Muchos de ellos saben lo que significaba la subida del agua del riachuelo que quedó reflejada en las veredas altas con escalones que todavía completan el paisaje de La Boca.
Es que parafraseando al escritor Jorge Luis Borges, “La Boca es eterna”, sintetizaron los organizadores de este festejo especial por la llegada del coronavirus.
