Al respecto, detalló que “cada local va a tener que presentar una propuesta de distribución de las mesas para que se garantice la distancia y seguir un protocolo muy estricto”.
Los locales gastronómicos que atendían con la modalidad de “delivery” y “take away” podrán tener “mesas en la calle” desde el próximo lunes, siempre y cuando tengan esa habilitación desde antes del comienzo de la pandemia.
La apertura comienza este lunes, aunque durante el fin de semana fueron muchos los restaurants y bares que comenzaron a funcionar con mesas en la calle. Sobre esta nueva apertura, el miistro de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad, José Luis Giusti, alaró que por ahora solo podrán usar las veredas los restaurantes porteños que tenían permiso antes de la cuarentena.
En diálogo con Radio La Red, Giusti brindó además detalles sobre la nueva modalidad: “Se van a aceptar solo cuatro personas por mesa, la distancia entre las personas tiene que ser de un metro y medio, la distancia entre las mesas tiene que ser de dos metros. En ningún caso se puede poner mesa adentro (del local). Hay una serie de cuidados que tienen que ver con los sanitarios, que es el único momento en el que (el cliente) puede acceder a los salones, explicó el funcionaro.
Giusti recordó que el Gobierno porteño anunció “un plan de salida, de ‘desescalada’, como dicen los españoles, de distintas actividades económicas” desde hace un mes y medio y que esta semana incorporó “dos rubros claves para la ciudad, que incorporan mucho empleo”, en referencia a la gastronomía y a la construcción.
Respecto de bares, cafés y restaurantes, el ministro señaló que esos comercios “ya venían haciendo delivery, después Take Away, y esta semana están incorporando la modalidad de poder poner mesas al aire libre”.
Subrayó por otra parte que siguen estando prohibidas las reuniones sociales en casas particulares.
Respecto de la construcción, confirmó que esta semana se realizará una reunión con la Cámara que nuclea a las empresas del sector y con la Uocra para terminar de afinar el protocolo.
En principio, quedarían habilitadas las obras de más de 5000 metros y las que están en condiciones de terminarse en menos de 90 días.