Postales del mundo de Coronalandia: La Fase 3

Postales del mundo de Coronalandia: La Fase 3

La inconducta social que alimentan algunos se parece a un experimento suicida. Ya hay más de 500 mil personas en las que habitó el Covid-19.


A rgentina superó el medio millón de infectados por Coronavirus, exactamente 500.034 al ocho de septiembre, de los que 10.405 fallecieron. Paralelamente, del total de alcanzados por la persistente toxina, 366.590 fueron reportados en el rubro “recuperados”.

El dato que alarma a los expertos y a la dirigencia de la salud pública es que en el distrito del Área Metropolitana Buenos Aires ya se ocupó el 67,8 por ciento de las camas disponibles, mientras que persisten 2.698 internados en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI).

Al mismo tiempo, la dirección de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica advirtió por la “gravísima situación” en que coloca al país la pandemia, que en los próximos días producirá un “profundo agravamiento”. Ante esta situación, los científicos convocaron a “evitar la negación como respuesta”. Por otra parte, los especialistas les reclamaron a los dirigentes políticos que ejerzan su “responsabilidad social” y se abstengan de emitir “mensajes irracionales y anticientíficos”. A ellos les recordaron que el ASPO “sirvió para reforzar fuertemente el sistema sanitario”. También recordaron a la ciudadanía que la cantidad de internados en las UTI ya superaron las camas que existían antes de que se desatara la pandemia.

Justo en el día en que la gerencia de AstraZeneca decretaba la suspensión temporal del testeo en Fase Tres que estaba desarrollando en el país, ante una reacción adversa grave que sufrió uno de sus pacientes, el director de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, anunciaba que los voluntarios que deseen participar en los testeos de Fase Tres de la vacuna desarrollada en China, podrán inscribirse en la página web de esa institución. Cahn manifestó que inscribirán hasta 3.000 voluntarios para probar la vacuna, que utiliza una “versión muerta del germen”, por lo que no provocará efectos adversos. Hasta ahora, en las fases uno y dos se obtuvieron buenos resultados, expresó el científico.
La evolución  

El primer caso que se dio a conocer en nuestro país ocurrió el tres de marzo último. El primer fallecido de Argentina y de América Latina se dio el siete de marzo, apenas cuatro días después.

Desde entonces, el Covid-19 se diseminó arteramente y con una gran rapidez, cada vez mayor. Al 31 de marzo ya había 1.054 contagiados y 27 muertos, que comenzaron a multiplicarse en progresión geométrica. Al 30 de abril, los infectados se habían cuadruplicado, llegando a 4.428 y los muertos se habían multiplicado por ocho, totalizando 218. El 31 de mayo, la cifra de infectados casi había vuelto a cuadruplicarse, al alcanzar a 16.851 personas, mientras que las víctimas del virus se habían más que duplicado, al llegar a 539. El 30 de junio volvía a casi multiplicarse por cuatro la cifra de infectados, al alcanzar un total de 64.530. A la misma fecha, los muertos se habían más que duplicado, al llegar a 1.307. El 31 de julio, los enfermos llegaron a casi 200 mil: 191.302. También se más que duplicaban los óbitos, que pasaban a ser 3.543. El 31 de agosto, la cifra ya era preocupante: volvía a superar el doble que el mes anterior, al arribar a los 417.735 infectados. Igual, era un alivio, aunque leve. Los muertos, al igual que los nuevos enfermos, también superaban el duplo del mes anterior, al llegar a 8.660. En los ocho días de septiembre –fecha en que esta crónica es redactada-, hubo 82.299 contagiados y 1.745 fallecidos más.

Si las preocupantes cifras de difusión del Covid-19 se mantuvieran iguales a las que se mostraron hasta ahora, no sería extraño que existan, a fines de septiembre o a mediados de octubre, alrededor de un millón de infectados y más de 20 mil muertos.

Esta cifra sería catastrófica para la capacidad de atención a los enfermos graves que existen en la Argentina. Más teniendo en cuenta que si se restan los 366.590 infectados que ya se recuperaron, quedarían unas 100 mil personas que estarían merodeando las instalaciones hospitalarias, ya internadas en salas simples o de cuidados intensivos. Y decimos merodeando, porque muchos jóvenes –el grupo etáreo que más se contagia en estos días, dada su actitud de negación y la omnipotencia habitual de la que suelen hacer gala éstos- presentan signos leves de la enfermedad o son asintomáticos. Porque esa actitud quizás no los ponga en peligro individualmente, pero su capacidad de contagiar a otros es muy grande. Y entre los mayores, el Covid-19 es muy mortífero.

¿Conspiración?

En medio del problema, que azota con particular fiereza a la Provincia de Buenos Aires, la más poblada de la Argentina, adonde habita casi un tercio de sus ciudadanos, surgen problemas extraños. Una rebelión policial por mejores salarios, que una vez conseguido el aumento siguen alzados es, como mínimo, sospechosa.

Casi al mismo tiempo, el intendente de Tandil, Miguel Lunghi, anunciaba su abandono del sistema de fases que dispusieron la provincia y la Nación y se aprestaba a diseñar su propio método de trabajo frente a la pandemia. Esta deslegitimación de las instancias de gobierno fue calificada por el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, como “un manifiesto separatista”. El problema de Tandil se agravaría seriamente si los infectados de gravedad superaran la capacidad de camas de UTI que posee el municipio, que son 12.

La ministra de Gobierno, Teresa García, consideró como “irresponsable” a la jugada del radical Lunghi para afrentar a los Gobiernos nacional y provincial, que en realidad se asemeja a una avanzada de toda la oposición para escalar hacia un enfrentamiento de mayor intensidad. Lo más extraño es que hace dos semanas, Tandil no tenía infectados por Covid-19 y por estos días, cuando un brote repentino llevó esta cifra a 200 tandilenses contagiados, justamente en esta instancia, Lunghi optó por arreglárselas solo.

Paraguay, Neuquén, Catamarca y Salta, presas del Covid-19 

En casi todas las crónicas acerca del avance de la pandemia estaba ausente al principio la provincia de Catamarca, que no tenía casos de infección, pero esto ha cambiado dramáticamente en los últimos días. El gobernador Raúl Jalil termina de decretar la vuelta a la Fase 1, ante la aparición de cinco nuevos contagiados y un total de 700 personas más que debieron ser aisladas. Hasta ahora sólo hay 87 infectados en total y el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva es del 32 por ciento, una de las cifras más bajas del país.

En algunas localidades del interior salteño, como Orán, hubo una rebelión popular. La protesta se originó en la indefensión en que se encuentran sus pobladores, que se quejan de que no se reforzó en los últimos meses el sistema sanitario. El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, envió seis terapistas y 20 respiradores para paliar la conflictiva situación.

Otra provincia que se encuentra cercana al colapso, al menos en la capacidad de sus unidades de terapia intensiva, es Neuquén, adonde están ocupadas en un 75 por ciento. El secretario general del Sindicato de Enfermería provincial, Darío Más, evaluó que la situación es crítica, porque “quedan camas, pero si no disminuyen los contagios diarios ya no alcanzarán”

En Paraguay, por otra parte, que había sido en un principio una burbuja inatacada, de repente se desató el infierno. Hace tres días, el ministro de Salud de ese país, Julio Mazzoleni, salió a pedir ayuda a los hospitales y las clínica privadas para que acepten infectados, porque las unidades de terapia intensiva del sector público están colapsadas. En las últimas horas murieron 14 personas y se infectaron 449 más. Por otra parte, sólo en Asunción hubo 123 muertos en la última semana, mientras que hubo 867 nuevos infectados en todo el territorio en las últimas 24 horas.

Sin barbijos en la ciudad de la furia 

La Sala VIII de la Cámara Nacional del Trabajo ratificó la medida cautelar que interpusieron trabajadores del Hospital Braulio Borda para que el Gobierno porteño y Provincia ART se encarguen de “proveer barbijos número 95, protectores de ojos o máscaras, guantes, camisolín, cofias y botas en cantidad suficiente a seis enfermera/os” del hospital. Tanto la ART como el Gobierno porteño habían apelado la medida en primera instancia, alegando cuestiones formales que la Cámara denegó.

En España e Italia, se vuelve a las aulas

En medidas que generaron mucha resistencia, en España y en el norte de Italia volvieron las clases para el nivel primario. Muchos padres se resisten en la península ibérica, a pesar de que se enfrentan a sanciones que pueden llegar hasta tres años de cárcel.

En ambos países se obliga el uso del barbijo, la distancia entre alumnos –aulas con no más de 15 o 20 niños- y se pretende establecer el sistema de burbujas, es decir, que no se mezclen unas aulas con las otras.

En España murieron ya 30 mil personas desde que se inició la pandemia y en los últimos días se presentaron nuevos casos a un ritmo de 6.000 infecciones diarias. En Italia, por su parte, desde hace dos semanas se viene produciendo un promedio de 1.300 casos diarios de nuevas infecciones, según datos entregados por el Ministerio de Salud, con al menos ocho fallecidos por día, en promedio. No parecieran ser éstas las mejores condiciones para la vuelta del ciclo escolar, por lo que pronto deberán dar marcha atrás.

La crisis argentina

A pesar del optimismo suicida de muchas personas sin conciencia social y a las inconductas de otros, que “se aburren”, “se desesperan” o “pierden su libertad”, el botón rojo del presidente sigue inactivo. Quizás en dos semanas será el momento en que será “estimulado” para actuar, dada la inercia social circundante.

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