Emilió Monzó, uno de los que lidera el rearmado de Juntos por el Cambio desde el centro y la moderación, arremetió contra el expresidente Mauricio Macri y la presidente del PRO Patricia Bullrich, el ala dura del frente opositor.
Habló en Perfil, Página 12 e Infobae. Allí dio definiciones en la misma dirección hacia la reconstrucción de JxC mirando la renovación de un sector de la política -algo no menor para los tiempos que vienen-, aseguró que “probablemente” será será candidato en las legislativas 2021 y abrió otra interna, que es por la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires en 2023, algo a lo que aspira también Jorge Macri, intendente de Vicente López y primo de Mauricio.
Recorte en Infobae, que comienza con la pelea personal entre él y Macri:
-Lo tiene anotado. Trasciende que el ex Presidente, en privado, sigue transmitiendo un rencor hacia su figura. ¿Qué fue lo que le molestó?
-Habría que preguntárselo a Macri.
-¿Pero usted tiene alguna explicación? Porque terminó siendo un enemigo interno, y fue un armador principal, de hecho en este living se terminó de formar Cambiemos.
-Pero bueno, eso fue una etapa, y compartimos un gobierno con visiones distintas de cómo había que llevar adelante principalmente los acuerdos políticos, y esa diferencia después se transformó, producto de la tensión que es gobernar, en una diferencia hasta personal. Si él guarda rencores, yo eso no lo puedo resolver.
-¿Usted no guarda rencores?
-Yo no. Estoy desde diciembre en confinamiento. Por eso es bueno hacer pausas. Yo en diciembre me fui de los medios, me fui de todo, me fui a leer, una introspección bastante importante, y después viene el confinamiento obligatorio. Once meses, hasta esta nota, que uno hace una introspección permanente, para curar…
-¿Y el balance de esos cuatro años es positivo o negativo?
-Tiene cosas positivas y cosas que no volvería a repetir. Insisto en esto: a mí me gustaría que en estos tres años y medio que quedan para la próxima elección armemos un gobierno que como consecuencia sea una oposición, no que armemos una oposición que como consecuencia sea un gobierno. Esto es una enseñanza que tuve, pero también es el hombre y sus circunstancias, como dice Ortega y Gasset. A la gente lo único que le importaba era un triunfo contra el kirchnerismo, las circunstancias hoy son distintas, ya tuvo uno la experiencia y creo que no me gustaría volver a repetir un gobierno con las mismas características que el anterior.
-En el acto de Florencia Varela en noviembre del año pasado nos dijo que quería que “Mauricio Macri sea el presidente de todos los argentinos y no que se pinte de amarillo”. No cumplió Macri en lo que usted deseaba de su rol como ex presidente, ¿no?
-Sigo deseando eso de manera general. Lo dije para Cristina en su momento, y para Macri en este momento. Nos cuesta mucho en nuestro país hacer un cambio generacional definitivo. Creo que Cristina y Macri tienen que ser una etapa terminada.
-Para usted tienen que dar un paso al costado los dos.
-Para mí sí, para mí ya tuvieron la oportunidad. Yo quiero un país normal donde los ex presidentes puedan viajar por el mundo, quiero ex presidentes como Fernando Henrique Cardoso, como Julio María Sanguinetti, como Felipe González. Quisiera eso de los ex presidentes de Argentina. No me gusta esto que pasa, que tienen que seguir peleando con temas judiciales, que tienen que seguir muchas veces por esos motivos. Nos cuesta en Argentina, y ahí apuesto para lo que viene, el cambio generacional, el momento en que la generación de la democracia tenga que gobernar nuestro país. Estuvimos a punto con Sergio (Massa) en el 2013. Ha venido una generación política, y que la incluyo a Cristina Kirchner como el último eslabón, de esa generación política predemocrática, que tiene sus razones, sus prejuicios y virtudes. Pero es una generación muy distinta a la generación política de la democracia, del diálogo, la tolerancia. Esa generación política no alcanzó todavía a gobernar la Argentina.
-¿Y por qué?
-Lo que pasa en el 2001, 2003, retrasa al país a estación anterior. Si (Fernando) De la Rúa hubiera tenido un gobierno normal en el propio radicalismo hubiera habido una renovación, hubiéramos tenido otro tipo de dirigentes políticos. Pero ocurrió lo que ocurrió y volvimos a ir para atrás en lugar de mirar para adelante. A partir de ahí vivimos con la historia de reivindicar el pasado. Hasta Macri y Daniel Scioli, que son dos emergentes de la frivolidad, de un lugar distinto a la política, que se convierten en el nexo de la generación política que tendría que haber reemplazado hace mucho tiempo y la generación política que tiene que dejar el gobierno. Se recurre a dos personajes que vienen de otro sector. Si en el 2013 Sergio Massa hubiera transitado bien el camino del 2013 al 2015 hubiera sido la primera representación de esa generación política. Por diferentes motivos no llega a hacer el recambio. Y Mauricio, o el macrismo, o Cambiemos, también para sostenerse políticamente hace una contrastación con el pasado. Termina triunfando otra vez el pasado y postergando esa generación que mira hacia el futuro. Por supuesto que hay una crítica a nosotros que especulamos sobre eso y no nos animamos a formar algo distinto. Y ahí volvemos a Cristina, que hace un maquillaje, lo pone a Alberto Fernández, arregla con Sergio Massa y tiene un triunfo y volvemos a la estación anterior. Nunca vamos a la estación que viene. La salida es que Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Pablo Javkin, Rogelio Frigerio, esa generación política tiene que desprenderse del macrismo, del PRO, de Juntos por el Cambio, de esos nombres que para mi ya son del siglo pasado.
-¿Y cómo hace eso? Porque hoy pareciera que no hay espacio para eso.
-Con voluntad. Hay mucho espacio. Lo que no ha habido es huevos para juntarse, para reunirse.
-¿Y hoy hay huevos y ovarios para eso?
-Tiene que haber. En el 2011 al 2015 nosotros tuvimos que recurrir a fenómenos populares, porque muchos de estos actores no eran conocidos popularmente. Estos actores que acabo de nombrar son actores conocidos por la sociedad. Falta que se reúnan, que tengamos la humildad de dejar de lado las vanidades en pos de un objetivo en común. La moderación, la mesura, que caracterizan a esos cinco, seis dirigentes que acabo de describir, lo que da expectativa electoral es el volumen. Para la moderación y la mesura necesitas sinfonía, necesitas una orquesta. Los otros son solistas, Patricia (Bullrich), Macri, “Lilita” Carrió, son solistas. Acá necesitas una orquesta. Esa orquesta, si vos juntas esa mesa, automáticamente genera expectativa electoral y automáticamente uno de esos actores va a ser el próximo presidente de la Nación.
-Entiendo por lo que dice que a esa orquesta y a esos solistas es difícil juntarlos en una mesa.
-Sí…
-Pero en términos electorales o de volumen político, ¿qué pesa más, la orquesta o los solistas? Porque hoy pareciera que esos solistas en un concierto juntan más gente que la orquesta.
-Hacen más ruido. El que toca un instrumento, y no le importa el director de orquesta, por supuesto que siempre llama la atención. Pero la característica es que no pueden organizar un equipo y no pueden gobernar. Tienen resonancia pero no tienen capacidad de gobierno. Acá hay que armar un equipo con volumen político para gobernar, no armar un rejunte como hicimos la otra vez. Que tenía una justificación, acá pasa lo mismo: la gente te para en la calle y te dice “¡únanse!”. ¡No, para mi es un error! Primero hay que dar una identidad y hay que hacer una alternativa de gobierno, no una oposición. Para ganar una elección, perfecto, tengo que tener a los extremos adentro porque el resultado electoral va a ser de mayor cantidad, por lo tanto mayor posibilidad de triunfo. Pero la conducción de ese espacio electoral lo tiene que hacer este grupo de personas que acabo de decir. Los Horacio Rodríguez Larreta, que hoy tiene una gran oportunidad, tiene que conducir…
-¿Y hoy está conduciendo?
-Hoy está en un gran problema. Está conduciendo la pandemia, y como consecuencia de esa buena conducción, con la respuesta con mucha mesura que llevó en el día de ayer seguramente va a ser una de las personas que hoy potencialmente tiene mayor responsabilidad y posibilidad de conducir un espacio de esa características.
-Así como se hablaba en su momento de Cristina cuando estaba “en el llano”, algunos dirigentes del PRO hoy dicen que con Macri no alcanza, pero que sin Macri no se puede. ¿Coincide con eso?
-Sí, ¡pero se traban en eso, se quedan ahí mirando ese espectáculo, y no avanzan con ninguna otra cosa! A nosotros cuando armábamos esto hubo muchas propuestas que si las escuchábamos nos quedábamos: “No se puede Lilita Carrió con Mauricio Macri”. Y sí, no se puede, es incompatible, pero si me quedaba con lo que me decía todo el mundo, no hacías el esfuerzo para hacerlo. Si me quedo mirando de quiénes no pueden quedar afuera, me quedo prestando atención más a esa figura que al volumen político propio, nuevo.
-Pero el problema es que todo eso que usted menciona ya gobernó.
-Por eso quiero que gobiernen otros.
-Está bien, ¿pero usted no cree que se rompió algo? ¿Cómo hace para amalgamar de nuevo todo eso?
-Pero no quiero amalgamar nada de todo eso. Destrucción creativa, como (Joseph) Schumpeter. Esto tiene que comenzar de nuevo. Si nos basamos en la misma identidad que tuvo lo anterior va a volver a fallar.
-¿Sin tirar a nadie por la ventana?
-A nadie por la ventana. Y si se quieren ir por la ventana, hay algunos que se tiran por la ventana…
-¿Por ejemplo?
-No sé, pero hay muchos que se van a tirar. Cuando vos querés parir algo en la política tocás muchos intereses. Muchos intereses ideológicos, pero muchos intereses particulares. Y mucho más cuando querés hacer un cambio que en el fondo hay un cambio darwiniano. Hay generaciones que resisten la perdurabilidad en el poder. Y cuando armás un volumen de la característica generacional que te estoy detallando, seguramente muchos de ellos van a resistir porque va a venir naturalmente una jubilación de muchos actores. El principal punto del éxito del Pacto de la Moncloa es que posterior a ese pacto vino un cambio generacional en la política de España.
-Pero acá no se jubila nadie.
-¡En España tampoco, en ningún lugar se jubilan! Ahora, si vos no tenés los huevos para avanzar, y estás siempre mirando a que tengamos cuidado con este, o tengamos cuidado con el otro, bueno, entonces esa generación política se va a perder y va a venir otra generación política que va a jubilar a las dos, a nosotros y a la generación política que se tiene que ir.
-¿Podemos interpretar eso como un reproche a Rodríguez Larreta, para que se decida a hacer el “parricidio” del que incluso el propio Macri se queja en privado?
-No. Lo que sí, y lo hablo bastante, y estamos muchos políticos, y lo vimos a Martín Lousteau muy fuerte defendiendo la posición de Rodríguez Larreta, estamos todos para bancarlo en una gesta de estas características. Está en un timing muy difícil. No puedo pedirle a Rodríguez Larreta más de lo que está haciendo. Horacio Rodríguez Larreta no es un cordón umbilical. Hoy el cordón umbilical de Rodríguez Larreta es la pandemia en la ciudad de Buenos Aires. Hay que esperar que esto termine y pospandemia, en un clima electoral que falta un siglo todavía, ver que posición pueda tomar. Estamos todos dispuestos a ayudar a este cambio generacional.