Finalmente, el viernes pasado, tras una demora injustificable de casi cinco meses, el gobierno de Alberto Fernández presentó el proyecto “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”. Mientras tanto, el único proyecto que efectivamente estaba presentado desde el primer día en el Congreso era el del Frente de Izquierda Unidad.
Ahora que ambos proyectos se encuentran presentados, corresponde compararlos. El propuesto por el gobierno plantea gravar con una alícuota de 2% hasta el 3,5% a las personas que posean bienes en el país por un monto igual o superior a 200 millones de pesos. El gobierno de Alberto Fernández estima que, de este modo, logrará recaudar “por única vez”, un monto cercano a los 3.000 millones de dólares.
Tanto en el monto, como en el universo alcanzado, resalta la superioridad del proyecto presentado por el Frente de Izquierda. Primero y principal, porque el del gobierno, increíblemente, solo se dirige a “las personas” y no a las empresas. ¿Cuál es la justificación para que Mercado Libre, cuyo valor se triplicó desde el comienzo de la pandemia, quede exenta de este impuesto? ¿Y los bancos, que siguen con sus ganancias, en gran parte por la tasa de leliqs que les regala el propio Banco Central? ¿Y el patrimonio de las transnacionales, como las petroleras o los monopolios agroexportadores, cuyos dueños obviamente no residen en el país? ¿Quedarán totalmente eximidas? Nuestro proyecto, en cambio, se dirige a las grandes fortunas, estén registradas contablemente en los patrimonios personales o en los de las grandes empresas.
La segunda cuestión es el monto de la alícuota. Nosotros proponemos un impuesto extraordinario serio, a la altura de la emergencia. El proyecto presentado por el Frente de Izquierda propone gravar a los millonarios con mayor riqueza del país con alícuotas progresivas, que comienzan en el 5% y llegan hasta el 15%. Planteamos además que las grandes empresas, cuyas ganancias superan los 65 millones de pesos en el último período, paguen una tasa adicional progresiva de entre 10 y 20% por sobre lo que les corresponde por impuesto a las ganancias. Que los bancos abonen un 20% extra sobre sus ganancias de los últimos 12 meses. De esta forma, se podrán recaudar un promedio de 15.000 millones de dólares. ¡5 veces más que en el proyecto del Frente de Todos!
La otra gran diferencia está en qué se hará con lo recaudado. El proyecto oficialista plantea que sólo una parte irá a asistencia sanitaria y a atender las necesidades sociales. Increíblemente, el 25% se plantea que financie “programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural a través de Integración Energética Argentina e YPF”. Otro 20% figura como destinado a subsidios para Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMES). Esto esconde una trampa: bajo esta figura legal la AFIP acepta empresas que facturan hasta 2.600 millones de pesos anuales.
Nuevamente, el proyecto del Frente de Izquierda no da lugar a ninguna duda. Plantea con claridad que lo recaudado debe ir a resolver la crisis generada por el coronavirus. Así, apunta a que todos los que lo necesiten puedan cobrar un IFE de 30.000 pesos por mes, a que se distribuyan alimentos suficientes para que nadie pase necesidades y a atender la infraestructura sanitaria. En síntesis, la emergencia exige gravar a las grandes riquezas. Sin dudas. La herramienta más útil para hacerlo es el proyecto presentado por el Frente de Izquierda Unidad.