La Burocracia y la policía dificultan las tareas de prevención del SIDA

La Burocracia y la policía dificultan las tareas de prevención del SIDA

El rápido incremento de los infectados por el HIV en la Ciudad de Buenos Aires obliga a los funcionarios a replantear los mecanismos de prevención que implementa el gobierno. En la Dirección de SIDA de la Secretaría de Salud, Fernando Silva Nieto explicó como se desarrollan estos mecanismos y cuáles son los factores que dificultan las tareas


"La policía es un obstáculo para hacer campañas de prevención dirigidas hacia los enfermos que usan drogas inyectables, que son el 40 por ciento del total de la ciudad, ya que al ser ilegal su uso, no se pueden repartir jeringas descartables";, dijo Fernando Silva Nieto, médico de la Dirección de SIDA de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

También detalló el funcionamiento de las campañas que regalan preservativos y difunden su uso. "Los ciudadanos tienen que aceptar el uso del preservativo, incorporarlo como algo natural y perder la vergüenza que implica exigir su utilización. Se regalaron tres millones de preservativos hace tres meses, y se van a regalar más", afirmó, y describió el problema que se genera cuando el gobierno se demora en aprobar la compra de una cantidad grande de preservativos, ya que "a veces la burocracia municipal impide la rápida salida de estas partidas", dijo Silva Nieto.

La idea de la dirección es hacer accesible el test de HIV a todas las personas que tuvieron relaciones sexuales sin preservativo, que son potenciales enfermos. Para eso se intenta llevar a cabo una campaña que difunda el test, informe sobre las consecuencias del resultado, y recomiende continuar con los cuidados en caso de que sea negativo, o la atención médica, en caso de ser positivo. Según Silva Nieto, "los tests en las clínicas privadas obligan a la gente a tener que asesorarse en otro lado, ya que no les explican en qué situación se encuentran, sino que sólo les entregan los análisis".

Unos 5.800 casos fueron notificados desde 1983, y el 40 por ciento son enfermos de SIDA todavía vivos. Se evalúa que el número de personas que poseen HIV en la ciudad de Buenos Aires es de poco menos de 50 mil personas. Esto implicaría un aumento del presupuesto destinado a los tratamientos médicos. Sin embargo, el incremento de infectados no engrosaría el presupuesto porque los que reciben medicamentos son los enfermos avanzados, y no los infectados recientes.

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