Por graves denuncias, inspeccionarán Metrovías

Por graves denuncias, inspeccionarán Metrovías

Las comisiones de Tránsito y Transporte y de Legislación General de la Legislatura porteña, visitaran el miércoles 17 las instalaciones de Metrovías para constatar las denuncias de los trabajadores. La presencia de productos cancerigenos, la contaminación sonora y electromagnética y los problemas de salud provocados por la jornada laboral "bajo nivel" de ocho horas, son algunos de los temas que preocupan a los diputados porteños


A partir de la concentración de trabajadores de Metrovías que se produjo el jueves 11 de julio frente a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, los diputados porteños tomaron conocimiento de las denuncias por desmanejos de la empresa concesionaria del servicio de subterráneos porteño, en cuanto a contaminación sonora, electromagnética -vía antenas para celulares- y de vapores de productos carcinogenéticos.

Previamente a la protesta existían tres temas relacionados con los trabajadores de Metrovías que recorrían los pasillos legislativos: las filtraciones de la estación de servicio Shell sobre los subtes, el olor a gas butano entre las estaciones "Jujuy" y "Boedo" de la línea E y la jornada laboral "bajo nivel". El diputado porteño Raúl Puy (ARI) es autor del pedido de informes sobre el olor nauseabundo de la línea E y de uno de los proyectos -el otro es de Jorge Altamira (PO)- que contemplan la jornada horaria de seis horas para los trabajadores de subterráneos.

Las comisiones de Tránsito y Transporte y de Legislación General de la Legislatura de la Ciudad, junto con Puy, realizarán el miércoles 17 a las 9, una visita a los talleres y a las distintas dependencias de la empresa Metrovías S.A., a los efectos de verificar las condiciones de trabajo en que el personal desempeña sus tareas cotidianas. El recorrido se iniciará en la estación Perú de la línea A y abarcará a los talleres, a las estaciones y a los túneles de las distintas líneas de subterráneos.

"Es un deber insoslayable de todo legislador socialista estar del lado de los trabajadores en la lucha por mejores condiciones de trabajo, en contra de los abusos de la patronal", sostuvo Puy, quien además agregó que "está científicamente comprobado que los altos niveles de ruido existentes, así como la luz artificial insuficiente, alternativa o intermitente y la proximidad del cuerpo humano a los campos magnéticos, son causantes de diferentes tipos de trastornos o afecciones"

GRAVES DENUNCIAS

Los trabajadores de Metrovías afirman que al Grupo Roggio -dueño de la firma-, lo único que le interesa es recaudar en las boleterías y que poco le importa la salud de sus empleados. Es en ese marco que el jueves 11 denunciaron la presencia de fibras de asbestos y de carbones de grafito en los subterráneos porteños.

Las fibras de asbesto son livianas y se introducen por vía respiratoria en los pulmones, en donde provocan lesiones irreversibles. La enfermedad que produce se llama "asbestosis" y puede provocar cáncer. Por esto mismo, el uso de asbestos está prohibido en muchos países. En la Argentina existen resoluciones del Ministerio de Salud que exigen el recambio del material tóxico.

En la misma protesta se hicieron públicas las razones de tan "insoportables" ruidos. Por ejemplo, en la línea D, desde la estación Congreso de Tucumán hasta Ministro Carranza, esto se debe a que para ahorrar, se construyeron las vías sobre vigas de cemento, lo que provocó que las estaciones se convirtieran en campanas de resonancia.

Además, expresaron los obreros que, a raíz de que las múltiples capas de asfalto en las calles taparon algunas bocas de ventilación, la línea B es la más calurosa, ya que en verano hay más de 5 grados por encima de la temperatura que hay en la superficie.

Las empresas de telefonía celular Movicom, CTI y Personal, instalaron antenas de celulares en los túneles. Existen informes elaborados en Estados Unidos que afirman que este tipo de antenas no provocan alteraciones a la salud -cáncer-, si son ubicadas a más de cuatro metros de altura, pero las que se instalaron en Buenos Aires están a 50 centímetros del suelo.

La comisión de delegados de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) en Metrovías denunció las alteraciones en el sueño que sufren los empleados por trabajar constantemente bajo tierra. Estas tienen que ver con que, por considerarse labor insalubre el trabajo "bajo nivel", se recomienda que la jornada laboral no superen las seis horas pero, a partir de la privatización de los subterráneos, se extendió hasta las ocho horas.

Esta recomendación responde a que está comprobado que quienes realizan estas tareas tienen dificultades con la producción de melatonina, que es la sustancia encargada de regular los ciclos circadianos -reloj biológico-. Estos cambios degenerativos generan problemas en la salud y en la concentración de los trabajadores, por lo que también la seguridad del servicio se ve afectada por esta circunstancia.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...