Bolivia vuelve a tener un presidente elegido por la voluntad popular. Luis Arce, delfín del exmandatario Evo Morales y candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), ganó la elección presidencial de Bolivia en primera vuelta con 52,4% de los votos, según un conteo rápido divulgado por el canal de televisión Unitel.
El candidato afirmó que Bolivia “ha recuperado la democracia” tras ganar este domingo las elecciones presidenciales en primera vuelta y prometió que conformará un gobierno de “unidad nacional”.
Bolivia “ha recuperado la democracia, quiero decirle sobre todo a los bolivianos, hemos recuperado las esperanzas”, dijo Arce en rueda de prensa junto a su vicepresidente David Choquehuanca.
“Vamos a trabajar para todos los bolivianos, vamos a construir un gobierno de unidad nacional”, agregó Arce, quien agradeció en Twitter “el apoyo y confianza del pueblo boliviano”.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, reivindicó desde Buenos Aires el triunfo de Arce diciendo: “El MAS ha ganado las elecciones ampliamente, incluyendo la Cámara de senadores y diputados. Bolivia tiene a Arce de presidente”.
El MAS tuvo su propio sistema de cómputo, tras cuestionar que se haya eliminado un paso como la fotografía de las actas de votación y que las urnas vayan a ser custodiadas por militares, además de policías.
La presidenta interina, Jeanine Áñez, felicitó a Arce por su triunfo en las elecciones: “Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. (David) Choquehuanca (candidato a la vicepresidencia) han ganado la elección”.
“Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia”, tuiteó Áñez, quien asumió el poder hace 11 meses.
Arce se impuso al expresidente Carlos Mesa, que obtuvo 31,5%, y garantizó la vuelta al poder del MAS, luego del golpe contra Morales en noviembre de 2019.
Bolivia repitió así los comicios generales anulados hace un año.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, explicó que el conteo computarizado de las actas debía “avanzar de manera ininterrumpida y desde que llega la primera acta debe comenzar el cómputo y no debe suspenderse mientras exista actas”, remarcó, para evitar una crisis como la desatada en 2019, cuando los comicios fueron declarados un fraude al pausarse el cómputo de votos.