E n los inicios de un 2021 electoral, el Partido Justicialista comenzó a aprestarse para competir con una oposición que, en su debilidad, apela cada vez más a recursos extremos para no perder volumen en su carrera hacia el 2023, cuando se dirimirá el poder durante los próximos cuatro años.
La primera medida que tomó la conducción del PJ, que encabeza José Luis Gioja, fue insistir en el camino del “operativo clamor” para que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, lo reemplace en la presidencia del partido político con mayor volumen de afiliados en el mundo.
El mandato de las actuales autoridades del PJ venció en mayo de 2020, pero las circunstancias de la pandemia obligaron a prorrogar los mandatos hasta octubre, luego hasta diciembre y posteriormente hasta el 21 de marzo próximo, cuando se cumplirá el día siguiente del primer aniversario de la primera etapa de aislamiento que decretara el presidente Alberto Fernández.
De todos modos, de continuar el aislamiento a que obliga una pandemia que no ofrece tregua, se abren dos posibilidades. La primera es que el Congreso Nacional Ordinario se realice de manera virtual, algo que sería difícil de concretar, dado que hay casi mil congresales, repartidos por toda la geografía del país. La segunda, es que se vuelvan a prorrogar los mandatos hasta que el Covid-19 permita la gran movilización que entraña un congreso de este tipo.
Gioja ya informó que el consenso para que Fernández se convierta en presidente del PJ es generalizado, aunque existe una voz disidente –sino, esto ni sería peronismo-, que representa el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.
La mayoría de los miembros del Consejo Nacional del PJ están trabajando en pos de la unidad. El azote de la pandemia galvaniza las voluntades a favor de esta circunstancia, ante la posibilidad de una crisis que termine sumiendo a la Argentina en una nueva crisis que sería de una extrema gravedad, “después de cinco años de neoliberalismo y Covid-19 que, trabajando juntos, son letales”, según expresó una fuente partidaria a Noticias Urbanas.
También formó parte de las negociaciones para la renovación partidaria el actual gobernador de Chaco, Jorge “Coqui” Capitanich, que el año pasado había expresado su intención de competir por la presidencia del PJ. Capitanich no insistió con su postulación, lo que dejaría abierto el camino para el acceso del actual presidente a la conducción partidaria.
“Para conformar la lista de unidad, se trabaja en base a la inclusión de todas las tribus que conforman la base partidaria, como los gobernadores, La Cámpora, la Rama Femenina y los intendentes –declaró la fuente-, teniendo muy en cuenta que en esta ocasión, el 50 por ciento de las autoridades serán mujeres, o sea de habrá al menos 38 cargos para ellas, en un Consejo Federal conformado por 75 miembros”.
Es necesario recordar que cuando le fue ofrecido el cargo al presidente de la Nación, éste condicionó su aceptación a que fuera designado como presidente del PJ bonaerense el diputado Máximo Kirchner, una exigencia que fue apoyada por el presidente del PJ nacional, que declaró en la ocasión que “no es correcto que digamos desde la conducción nacional quién tiene que ser el titular del partido en la Provincia de Buenos Aires. En el distrito hay una cantera interminable de dirigentes que tienen condiciones y Máximo tiene todas las posibilidades de conducir al peronismo bonaerense”.
La mayoría de los miembros del Consejo Nacional del PJ están trabajando en pos de la unidad. El azote de la pandemia galvaniza las voluntades a favor de esta circunstancia, ante la posibilidad de una crisis que termine sumiendo a la Argentina en una nueva crisis que sería de una extrema gravedad, “después de cinco años de neoliberalismo y Covid-19 que, trabajando juntos, son letales”, según expresó una fuente partidaria.
Fue notorio el esfuerzo de Gioja para lograr una lista de unidad, para lo cual es perentorio –según su concepción- que Fernández presida también el órgano partidario.
A pesar de que habrá oposiciones a la lista única, como es tradicional, fuentes del partido no dejaron de destacar que “no hay margen para otra caso, si incluso la oposición de Juntos por el Cambio tampoco ha ido a fondo en esta etapa, menos van a ir a fondo los peronistas disconformes. El país no soportaría una interna en la que se discuta por cargos partidarios en plena pandemia. Todos lo sabemos, por eso no habrá pelea. Aquí no hay espacio para defender posiciones personales en una interna”.
Otro tema que tranquiliza los espíritus en la conducción actual del peronismo es que “hasta ahora no hubo objeciones por parte de la Justicia”, ya que la Cámara Nacional Electoral que conforman los jueces Santiago Corcuera, Alberto Dalla Via y el recientemente designado Raúl Bejas no emplazó a las autoridades partidarias para que se complete la nueva conducción, teniendo en cuenta las circunstancia que atraviesa el país.
Bejas, que fue apoderado del PJ tucumano, asumió el dos de diciembre último, en reemplazo de Rodolfo Munné, que había fallecido el 14 de enero de 2016, después de formar parte del tribunal durante 31 años. Bejas fue designado por el Poder Ejecutivo por medio del Decreto N° 925/20, con acuerdo del Senado.
