PJ porteño: el NEP y La Cámpora imponen su peso en las definiciones

PJ porteño: el NEP y La Cámpora imponen su peso en las definiciones

Opinión.


La realidad del Partido Justicialista porteño siempre estuvo ligada a las definiciones en el plano nacional y, en menor medida, a lo que pase en la Provincia de Buenos Aires. Es por eso que la fecha de marzo de 2021 en la que habrá renovación de autoridades es manejada en algunos cuarteles peronistas de la Ciudad, no tanto por las negociaciones locales, sino porque es el momento para el que se prevé realizar la movida nacional y provincial que entronizará a Alberto Fernández en Nación y a Máximo Kirchner en la Provincia.

El mandato del hoy presidente Víctor Santa María fue prorrogado sin fecha por el mismo Congreso partidario que reformó la Carta Orgánica, en el que se plasmó el cupo femenino del cincuenta por ciento para todos los cargos en disputa, una de las claves de la probable resolución del arreglo en este distrito.

En la Ciudad -y desde el plano político en el PJ porteño- hay dos agrupaciones organizadas y hegemónicas, que controlan el partido en el distrito. Son el Nuevo Espacio de Participación (NEP) que conduce el jefe de asesores del Presidente Juan Manuel Olmos y La Cámpora, que en las elecciones del 2019, además de su presencia legislativa nacional y local, lideraron las listas de las 15 comunas de las cuales, por primera vez desde la autonomía y la descentralización, el Frente de Todos logró vencer en dos de ellas, la cuatro y la ocho.

Es por ello que, a pesar que nada está cerrado hasta el momento, parece avanzar sin grandes obstáculos la idea de que el senador Mariano Recalde (LC) sea el candidato a Presidente y la vicepresidenta de la Legislatura María Rosa Muiños (NEP) la candidata a vice, estableciendo un esquema rotativo de un año cada uno entre ellos –como hicieron en Provincia, los intendentes Gray y Menéndez- hasta completar el mandato.

Las fuentes consultadas por NU coincidieron en la importancia de preservar la unidad en un año electoral difícil, por la situación social y la pandemia, por lo que no se quieren apurar y prefieren agotar las discusiones entre las distintas facciones internas.

La tercera pata habitual en el Consejo del PJ siempre es la sindical, aunque en esta ocasión no está claro qué sindicatos serán los estandartes del sector ya que, si bien están dialogando con todos, la puja será dura porque coincide con la interna sindical y la relación de cada uno de ellos con el gobierno.

Como suele suceder, aquí se apelará para quienes queden afuera –acá o en cualquiera de los otros armados- al esquema de compensaciones entre los postulantes de la Capital, la Nación y la Provincia.

Es por ello que, a pesar que nada está cerrado hasta el momento, parece avanzar sin grandes obstáculos la idea de que el senador Mariano Recalde (LC) sea el candidato a Presidente y la vicepresidenta de la Legislatura María Rosa Muiños (NEP) la candidata a vice, estableciendo un esquema rotativo de un año cada uno entre ellos –como hicieron en Provincia, los intendentes Gray y Menéndez- hasta completar el mandato.

Mientras tanto Víctor Santa María, luego de 7 años, dejará la presidencia del Consejo y podría quedar al comando del Congreso partidario. Si bien el desarrollo territorial del jefe de los encargados de edificios es pobre en la Capital, su poder radica en el pull de medios de comunicación que le pertenecen, bajo el nombre de Grupo Octubre.

Un párrafo aparte lo tendrán muchos hombres del Presidente que integran otros partidos -tal es el caso del jefe de bloque de legisladores porteño, Claudio Ferreño que es el titular de PARTE-, que como otros dirigentes locales que militan en las expresiones políticas de las organizaciones sociales, se mantendrán por fuera de este proceso.

Todo esto será así siempre y cuando Alberto Fernández, que supo ejercer este cargo y lo conoce perfectamente, no pida por alguien que salte todas las vallas de los acuerdos que se vienen tejiendo hasta ahora.

Por otra parte, la lista de las elecciones de medio término para diputados nacionales y legisladores porteños del Frente de Todos mantendrían más o menos la misma lógica partidaria, aunque aquí sí es más probable que los llamados de la Casa Rosada digiten algunas decisiones.

Pero para que esto se defina todavía falta mucho, se tienen que configurar primero los tres pejotas que hablábamos al principio, ver hasta dónde llegan las resistencias en cada uno de los distritos y luego ver cómo se traduce ello en las propuestas electorales del Frente.

Por ahora en la Ciudad parece haber mayor consenso que en la Provincia, pero habrá tensiones como en todo cierre. Aunque, según parece, Recalde y Muiños están con un pie y medio adentro.

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