La pandemia y su consecuente caída de la actividad comercial se cobró otra víctima en la Ciudad. Esta vez se trata del bar notable La Puerto Rico, el mítico café, fundado en 1887 y ubicado en pleno centro porteño, a metros de Plaza de Mayo. Ubicado en Alsina al 400, ocupó un lugar destacado en la cultura porteña.
A pesar de que la cuarentena estricta ya culminó, el bar no resistió los nuevos hábitos sociales: el trabajo remoto desde el hogar redujo notoriamente la concurrencia de consumidores a bares y cafés, en especial en Microcentro, donde mayormente se producían reuniones laborales o una pausa de descanso en la rutina. Además, ya muchos trabajadores y trabajadoras ya no
El salón contaba con 70 mesas para 180 comensales. Por esas mesas pasaron desde el poeta Enrique Cadícamo hasta Jorge Luis Borges, Niní Marshall, José Ingenieros, Paul Groussac, Arturo Capdevilla y Rafael Obligado.
El café fue abierto por Don Gumersindo Cabedo en noviembre de 1887. Desde 1925 ocupaba como local una antigua casa remodelada en los años 30 bajo el estilo art decó, incluyendo la tipografía en la marquesina que se conserva hoy en día.