Tres candidatos que tuvieron que sufrir

Tres candidatos que tuvieron que sufrir

Tres candidatos de diferentes listas enfrentaron en el Instituto de Formación Profesional Superior a una audiencia poco confortable. Dos de los expositores se fueron enseguida de terminadas sus alocuciones, en tanto que la candidata del ARI fue la única que aguantó hasta el final


En el Instituto de Formación Profesional Superior expusieron el lunes a la noche sus propuestas legislativas la candidata a senadora porteña María Laura Leguizamón, del belicista Frente Nuevo País, el candidato a diputado por Acción por la República, Guillermo Cantini y la candidata a diputada Liliana Cortés, del ARI. La convocatoria fue de la Fundación Konrad Adenauer, cuyo presidente, Roberto Caldo, dio la bienvenida a los presentes, entre los que se encontraba el diputado porteño Ricardo Busacca, del Partido Popular Cristiano, y presentó a los candidatos.

Como integrantes de una clase política que no está pasando por su mejores tiempos, éstos debieron sortear momentos difíciles, como cuando el presidente de un centro de jubilados cuestionó a Cantini por el tema del "déficit cero" y por su defensa del ministro Cavallo. Antes lo había confundido con Diego Santilli, que forma parte de la lista de Nuevo País y es el hijo del candidato a Presidente del Club River Plate.

Haciendo gala de una cintura política envidiable, Leguizamón, que actualmente es diputada, eludió el fuerte cuestionamiento que recibió de parte de un furioso concurrente después que afirmó que "los chicos que, en todas las esquinas de la ciudad hoy nos ofrecen limpiarnos los vidrios del auto, en un plazo de cinco años nos van a apuntar con una pistola para robarnos". Leguizamón le contestó, recalcando su experiencia "en los máximos niveles del área de minoridad", y, sin desdecirse de lo dicho, abundó en generalidades sobre los peligros de la niñez, diferenciando a los "chicos que están en situación de calle" de los "chicos que ya son de la calle".

Cantini y Leguizamón se fueron casi inmediatamente después de sus exposiciones – hablaron quince minutos cada uno -. Sortearon con alguna dificultad unas pocas preguntas incómodas y luego, alegando "compromisos adquiridos con anterioridad", abandonaron la partida, dejando en solitario a Cortés, para que se las entendiera con los críticos oyentes.

Posteriormente, el rector del Instituto y anfitrión de la jornada, Raúl Villa, agradeció a los asistentes y a los expositores por su presencia y terminó así con las penurias de la última expositora sobreviviente.

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